Cerca de 5.000 personas se unen a la marea naranja en Gijón por el cáncer infantil: "Hay que colaborar y visibilizar esta causa"

La Carrera Galbán inunda de familias las calles de la ciudad, con una fiesta a la salida y llegada en Poniente

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Una marea naranja de 5.000 personas, con un ambiente muy familiar, se echaron a la calle en Gijón en la Carrera de la Asociación Galbán, con el objetivo de visibilizar la lucha contra el cáncer infantil. “Necesitamos más investigación para más vida”, destacaron los niños que leyeron el manifiesto. “Es el momento de recordar que nos puede tocar a todos, y debemos contar con las mismas atenciones en cualquier lugar”, enfatizaron.

Javi Jiménez debutó este año en esta prueba solidario. “Me ha tocado de cerca, al hijo de una buena amiga, que se ha muerto con 18 años”, subrayó. “Hay que colaborar, estar aquí y visibilizar esta causa”, indicó, integrado en un grupo en el que estaban Marisa López, Antonio Malnero, Raquel Aguirre, Cristian Afonso, Jorge Rey, Almudena Malnero, Lucas Pereira, Marcos Afonso, Sergio Afonso, Víctor Afonso, Claudia del Busto y Lara Pereira. Los veteranos de este grupo fueron los abuelos Marisa López y Antonio Malnero. “Venimos más años, hay que demostrar que la edad no es una barrera para participar”, indicaron. “Es un buen pan en familia para este domingo, después nos vamos todos juntos al vermú y a comer”, recalcaron.

Beatriz Avella participó junto a su hija Claudia López. “Hay que transmitirle la necesidad de ser solidarios, de hacer deporte y de que este tipo de problemas pueden pasar a todos”, subrayó. También con los pequeños Abel y Alejandro Abad acudieron Raúl Pérez, María Montiel, Javier Abad y Vanessa Montiel. “Es nuestra primera vez, hay que concienciarles desde pequeños”, apuntaron.

“Nunca es tarde para sumarse a una carrera solidaria”, destacó Cristina Gómez, que acercó a sus hijas Lucía y Martina Sotillo a Poniente, para trasladarles un mensaje: “Que vean que es bonito ayudar y hacerlo desde una manera que es disfrutando”.

La previa a la salida, y después la llegada, fue toda una fiesta en la explanada de Poniente, con zumba, música y un ambiente especial para luchar por una buena causa.