"Gijón debe buscar su camino, no un efecto Guggenheim", afirman los expertos

Profesionales de la cultura destacan las posibilidades que abren Tabacalera y el Palacio de Revillagigedo al sector: "Hay que dotarlos de contenido sin perder la identidad gijonesa"

Gretel Piquer, Alfonso Palacio, Lucía Peláez, Josefina Junco y Diana Llamazares.

Gretel Piquer, Alfonso Palacio, Lucía Peláez, Josefina Junco y Diana Llamazares. / Marcos León

Gijón no debe tratar de replicar lo que han hecho otras ciudades, sino que tiene que buscar su propio arquetipo para afrontar los retos y –sobre todo– oportunidades que se le presentan en un futuro próximo dentro del ámbito cultural. Así lo aseguraron ayer Alfonso Palacio, director del Museo de Bellas Artes de Asturias; Lucía Peláez, directora del Museo Nicanor Piñole y del Museo Casa Natal de Jovellanos; Josefina Junco, pintora; y Diana Llamazares, presidenta de la Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo de Asturias, en la jornada "La transformación cultural de Gijón, una ciudad de museos", que estuvo moderada por la historiadora del arte Gretel Piquer y organizada por LA NUEVA ESPAÑA en el Real Club Astur de Regatas.

En ese futuro próximo hay dos equipamientos que, a juicio de los expertos, deben jugar un papel fundamental en el Gijón cultural. Uno es Tabacalera, que el gobierno local ambiciona convertir en un gran espacio expositivo y cultural. El otro, el palacio de Revillagigedo, que la Fundación Cajastur ha cedido gratuitamente durante este 2024 al Consistorio. "Gijón debe reflexionar con sus gestores hacia dónde pueden ir sus equipamientos, siempre desde la propia identidad gijonesa", apuntó Palacio, quien hizo suyo el término de la "vía gijonesa", acuñado minutos antes por la alcaldesa, Carmen Moriyón, para hacer referencia a la creación de un modelo cultural propio, basado en las fortalezas y singularidades del concejo. "Las réplicas de modelos como el Guggenheim han sido desastrosas. Seguro que esa vía gijonesa será muy fértil e interesante de recorrer", destacó el director del Bellas Artes.

Por la misma idea apuesta Peláez, quien considera que, además, Gijón tiene argumentos para mirar hacia adentro antes que hacia fuera a la hora de pensar en proyectos museísticos o expositivos. "Tenemos unas colecciones municipales que nos permiten afrontar un proyecto complejo en la línea actual de la museología, que se centra en lo local", ensalzó, en referencia a la futura programación que tendrán esos espacios. Para Tabacalera, Peláez lo tiene claro: "Nos narra la historia de Gijón. Deberíamos continuar por esa línea; que no impide todo tipo de actividades o exposiciones nacionales o internacionales complementarias".

En una línea similar, Llamazares destacó que Gijón goza de equipamientos y contenido suficiente. "Seguir la pista de un modelo como el del Guggenheim, pues no; pero sí soy partidaria de que cuando algo funciona bien se le puede seguir la pista y llevarlos a nuestra ciudad dentro de la idiosincrasia que tenemos en Gijón", detalló la galerista, que puso dos ejemplos: La Casa Encendida, en Madrid y el Centro del Carmen, en Valencia.

Más concreta se mostró la artista Josefina Junco, con dos propuestas para Tabacalera. "Me parece muy importante que una de las plantas se dedique a la conservación y almacenaje de colecciones museográficas municipales y que otra se abriese a exposiciones de autores que no necesariamente sean asturianos", expuso la artista.

De la conservación habló también Peláez, quien destacó el trabajo "silencioso" que se realiza en un museo. "Es un lugar de conservación y también un lugar de encuentro", subrayó de una labor sin la que, por ejemplo, sería imposible organizar una exposición como la prevista para esta primavera en el Palacio de Revillagigedo, con materiales de las extintas fábrica de vidrios "La Industria" y la de loza "La Asturiana", dos empresas clave el siglo pasado en la ciudad. "Es fruto de años de trabajo y del esfuerzo extraordinario del equipo", abundó.

Sobre el Revillagigedo, Alfonso Palacio puso sobre la mesa la posibilidad de convertirlo en un museo gijonés de bellas artes, buscando así un "equilibrio entre los equipamientos de la ciudad"; una idea que no cuajó entre el resto de componentes de la mesa. "Creo que sería inviable, porque las condiciones espaciales son incluso menores que las de la Casa Natal de Jovellanos", apuntó Peláez, mientras, en la misma línea, Llamazares aseguró que tampoco se plantearía esta fórmula. "Sería competir con algo que tenemos a 30 kilómetros. Tenemos que ver qué vida se les da a nuestros equipamientos, pero siempre teniendo claro que pueden estar jugando entre ellos", apostilló.

Precisamente, Diana Llamazares, como presidenta de la Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo de Asturias, también hizo un llamamiento a fomentar la colaboración público-privada en el ámbito cultural. Y puso como ejemplo la nueva residencia de artistas habilitada en el palacio de Contrueces. "Los galeristas tenemos que ayudarles a que soliciten esos espacios y que luego vuelvan de nuevo a nuestra casa, porque tenemos los cauces para que lleguen a convertirse en profesionales", destacó la galerista, que destacó que "si se trata de transformar la cultura de Gijón, nosotros somos pieza clave".

Al término del acto, en el apartado para ruegos y preguntas, intervino Álvaro Armada, conde de Revillagigedo, quien agradeció la gestión cultural municipal y presentó al Ayuntamiento dos ideas. Por un lado, quiso poner a su disposición la finca de Peñafrancia, en Deva, "para recepción de autoridades, reuniones, conferencias o conciertos". Por otro, lo que llamó "el espíritu del Revillagigedo", que consistiría en habilitar una zona dentro del palacio para mostrar "armas, armaduras, espadas, etcétera para que quienes lo visiten puedan saber quiénes fueron sus moradores". "No debemos olvidar que mi padre llegó a un acuerdo para que el palacio fuese un centro cultural del máximo nivel", sentenció.