Entrevista | Juan Cossío Flautista, ofrece mañana un concierto en el Jovellanos

"La flauta destaca por lo versátil de su sonido, parecido al canto"

"Telemann ha estado siempre a la sombra de Bach; no es tan conocido, pero es muy importante en la historia de la música"

Juan Cossío.

Juan Cossío. / LNE

Pablo Antuña

Pablo Antuña

El flautista Juan Cossío (Gijón, 1996) ofrecerá un concierto mañana en el teatro Jovellanos (20.00 horas) titulado "Fantasía Telemann", que se enmarca en la programación de la temporada de la Sociedad Filarmónica de Gijón. Una cita en la que descubrirá la figura de este compositor junto al actor Carlos Dávila, fundador de la compañía "Higiénico Papel".

–¿Qué supone para un gijonés actuar en el Jovellanos?

–Es muy especial. Mi primer concierto, cuando tenía ocho años, ya fue en el Jovellanos. Mis primeras veces han sido ahí, con la ópera, un sinfónico o mi primer espectáculo. En esta ocasión será además muy interesante el concierto, porque será la primera vez que hago la colección entera de las "12 fantasías" en directo.

–¿Qué tiene de especial esta propuesta de Georg Philipp Telemann y que destacaría de este autor?

–Son trabajos para flauta sola, que es un instrumento que suele ir acompañado. Esta colección de obras crea una forma de disfrutar de la música de flauta sola, sin acompañamiento, y la exprime al máximo. Así que vemos la flauta en su máximo esplendor, con todo lo que es capaz de hacer. El compositor es muy especial, barroco, muy importante. Telemann ha sido el compositor que más obras ha hecho en toda la historia, tiene hasta un récord Guinness, y ha estado un poco a la sombra siempre de Bach. No es tan conocido, pero es muy importante en la historia de la música.

–¿Por qué recomienda descubrir la flauta en solitario?

–Lo destacable que tiene la flauta es la versatilidad de su sonido y lo parecido que es el canto. Es un instrumento que cuando está solo es muy versátil, y te permite hacer un montón de colores y texturas. Y aparte es un instrumento que va mucho más allá de la música clásica, porque es el primero que se inventó. Está presente en todas las culturas y la música folclórica. Nos hace tener una colección espiritual por el sonido de la flauta sola.

–¿Se reconoce este instrumento o se sigue infravalorando?

–Está un poco infravalorada a la hora de planificar un concierto solista de flauta, siempre se prima más conciertos de piano, violín o violonchelo. Pero hay obras para flauta de gran potencial, que, si se hacen con mimo, amor y buena calidad de trabajo, pueden ser conciertos iguales o más satisfactorio.

–La flauta, un instrumento que ya aparece en los primeros años en los centros educativos, ¿tiene después continuidad en los estudios o cuesta enganchar a los estudiantes de música?

–Hay que distinguir para empezar que la flauta que se conoce de niños es la de pico o renacentista, que está en desuso salvo en la música antiguo, y que la que toco y enseño ahora es la travesera. Pero aun así en aspectos de docencia la flauta es un instrumento muy popular entre los chavales que empiezan a estudiar música porque es bastante fácil aprender a tocarla, y relativamente barata en comparación con otros instrumentos, como un fagot o un oboe que por ejemplo valen una pasta. Sí que es cierto que la flauta da mucho juego, porque desde el principio puedes hacer muchas cosas y te la puedes llegar a cualquier lado. Pero es verdad que muchos por la sobredosis de carga lectiva tiran la toalla, pero tengo bastantes que quieren ser flautistas y eso enorgullece.

–Le acompañará en el concierto por el actor Carlos Dávila.

–Es un concierto teatralizado. Dávila es la persona perfecta para representar al compositor y le da un sentido y contexto temporal. Explica la vida del compositor desde un punto de vista humano, y eso genera que a través del público haya más cercanía con el repertorio.

–¿Cómo fueron sus comienzos musicales y por qué motivo considera que se debe recomendar a los jóvenes hacer carrera en la música?

–Empecé a estudiar flauta con seis años. En mi caso me decidí, en ese momento de agobio de estudio en el instituto, que fue cuando me di cuenta que lo más me gustaba hacer era tocar. Me di cuenta que lo que más me gustaba era tocar la flauta, que me lo pasaba mucho mejor que con el resto de materias. Llevaba tantos años haciendo algo tan único y especial, que me hacía sentir tan bien y a la gente también. Es un poder exclusivo que hay que aprovechar y dedicarse a ello. Y es algo que se siente recomiendo que se siga hacia adelante.

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