La mirada al mundo de Gasparini: así es su exposición en Gijón

Desde "La niña de la salina", imagen tomada en 1958 entre Pampatar y Punta Ballena, en Isla de Margarita (Venezuela), hasta "Regreso a casa", una instantánea en la que aparecen dos ancianos cogidos en la mano en 1997 en Sao Paulo. Son cuatro décadas las que separan ambas fotografías. Pero en las dos se mantiene ese denominador común de captar, con su mecanismo narrativo, y contar la historia de diferentes urbes y épocas. El Antiguo Instituto de Gijón recoge en una muestra, en colaboración con la Fundación Mapfre, la obra de Paolo Gasparini. Se trata de un viaje a través de 300 fotografías en las que su mirada del mundo se capta en situaciones cotidianas, sociales o políticas de Cuba, Venezuela, Perú, Francia, Estados Unidos o Brasil.

El viaje propuesto se va articulando en diferentes apartados. Comienza con "Andata e ritorno", que va de 1953 a 2016, donde contrapone sus dos hogares, la Italia en la que nació, y la Venezuela en la que se asentó con 20 años.

La siguiente parada, "Rostros de Venezuela y Bobare", acerca retratos individuales y familiares, como la citada de "La niña de la salina". Esas obras se sitúan en la década de los cincuenta del siglo XX, antes de situarse en los años posteriores, centrados en el tramo de 1967 a 1970, en el que trabaja en el laboratorio para superponer imágenes.

Con "Retromundo", de 1974 a 1985, a través de la palabra poética Gasparini establece conexión entre el primer y tercer mundo. Y ya en la época final del siglo XX la muestra se sitúa en el trabajo de Paolo Gasparini en Brasilia o Sao Paulo, donde retrata por ejemplo la vida dura de los mineros o campesinos, en "Acá, este cielo que vemos".

Paolo Gasparini, que acaba de cumplir 90 años, puede decirse que tuvo su tercera residencia en México, donde realizó viajes muy frecuentes, un país del que se aprecian imágenes como cristos crucificados, grafitis, puestos de vendedores ambulantes o ceremonias cristianas. Esa es la penúltima parada de una muestra que termina con el mural "El ángel de la historia", para mirar el pasado y "denunciar la inexistencia de futuro y progreso".