El Hospital de Cabueñes culmina su ansiado recrecido de dos plantas para sumar áreas quirúrgicas

La obra, "a falta de remates", terminará en cuestión de días y permitirá instalar el robot Da Vinci y una sala de angiografía en el bloque central

La zona de obras del recrecido de Cabueñes, ayer.

La zona de obras del recrecido de Cabueñes, ayer. / Juan Plaza

El Hospital Universitario de Cabueñes está a punto de terminar una obra crucial en su gran remodelación en ciernes: un recrecido que le ha permitido ganar dos plantas en su bloque central y que servirá para darle un espacio definitivo a su robot quirúrgico y crear un nuevo quirófano híbrido con financiación europea. La constructora ha retirado ya la grúa que dio servicio a la obra y explica estar pendiente solo "de remates". Su previsión, si no ocurren incidencias en las próximas horas, es que la obra civil pueda darse por concluida mañana mismo, aunque podría retrasarse a la semana que viene para rematar los últimos detalles. Este pasado fin de semana, de hecho, ya se retiró la gran grúa que daba servicio a los operarios. El fin de esta remodelación, la más ambiciosa junto a la propia obra de ampliación del complejo, permite activar la tramitación de dotación de equipos, que durará también unos meses, y culminar con una inversión que rozó los tres millones de euros.

El recrecido ha ido evolucionando en paralelo a la propia ampliación y se enmarcó en un plan de obra dividido en dos fases. La primera, adjudicada por 500.600 euros a la constructora Citanias, sirvió para remodelar el área de Radiodiagnóstico, que cuenta ya con un nuevo TAC, una sala de radiología digital y una resonancia magnética. Era la parte de la obra más ágil de realizar –y la más urgente, porque no se quería frenar la atención a pacientes– y quedó culminada ya a finales de año. La otra parte de la remodelación, el propio recrecido, se adjudicó con el mismo contrato, pero en un lote separado a la misma constructora, que ofertó hacerse con el proyecto por 2,46 millones de euros. Tras varios ajustes de carácter técnico –la obra se realizaba sobre una planta no asistencial, pero sí administrativa, y la colocación de la grúa y el traslado de materiales debían compaginarse con las otras grúas y camiones de la obra de la ampliación–, se espera que las labores culminen, a poder ser, mañana, pero en cualquier caso en cuestión de días.

Los trabajos, no obstante, se limitan a entregar los espacios vacíos, y queda ahora en manos de la jefatura sanitaria continuar con una remodelación que se centrará ahora en la dotación de equipos. Por un lado, se debe trasladar el robot quirúrgico Da Vinci que desde el año pasado funciona de manera provisional en un quirófano de Ginecología, una tarea que exigirá una planificación concreta para no alterar la tramitación de citas quirúrgicas. En cuanto al quirófano híbrido, se financia en parte con fondos de Inveat, de canalización europea, con la compra ya tramitada de una sala de angiología. La intención de Cabueñes, no obstante, es instalar más equipos complementarios para que la sala funcione como quirófano híbrido, toda vez que el que ya existe en el hospital tiene más de diez años y se pretende que nuevos servicios médicos puedan incorporar su uso. El fin de esta obra, en cualquier caso, despeja una de las dos grandes reformas del hospital público, que se puede centrar ahora en su ampliación.

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