El finger de TK Elevator para un puerto sueco, camino del Báltico desde El Musel

Se necesitaron dos grúas, con capacidad para elevar 1.200 y 500 toneladas, para la maniobra

Momento de la carga de la pieza en el «Artic Rock» con dos grúas autopropulsadas del Grupo Roxu, el pasado jueves, en El Musel.

Momento de la carga de la pieza en el «Artic Rock» con dos grúas autopropulsadas del Grupo Roxu, el pasado jueves, en El Musel. / M. C.

M. C.

El finger que TK Elevator acabó de construir en el muelle de La Osa, para reemplazar el que se perdió en alta mar cuando lo enviaba a su destino en un puerto sueco, fue cargado el pasado jueves en El Musel a bordo del buque "Artic Rock", que ya navega con esta pieza rumbo al puerto de Karlkrona, en el mar Báltico.

Fueron necesarias dos grúas autopropulsadas de Grúas Roxu, con capacidades respectivas de elevación de 1.200 y 500 toneladas, para colocar con seguridad en el buque la pieza, de 45 metros de largo por 17 de ancho y 26 de alto y cuyo peso está entre las 125 y 150 toneladas.

En el día de ayer el "Artic Rock" ya surcaba las aguas del Mar del Norte, con previsión de llegar a su destino mañana miércoles, tras haber zarpado del puerto gijonés el viernes pasado.

La pieza gemela a la que transporta, para una terminal marítima de pasajeros de la naviera Stena Line, acabó esparcida por el fondo del océano Atlántico y del mar Báltico, respectivamente, el pasado mes de noviembre. Aquella pieza se partió debido al parecer al mal tiempo que se encontró en el Golfo de Vizcaya el buque "Wilson Flex II", que sufrió daños al caer parte de esa pieza al mar. El resto de aquel primer finger se fue al fondo del mar Báltico a pesar de la parada que el buque había hecho en un puerto alemán para las primeras reparaciones ante el incidente en el Atlántico.

El "Wilson Flex II" había zarpado de El Musel el 8 de noviembre, tras la carga de aquella primera pieza con los parabienes de los peritos designados por el fabricante y por la naviera, comprobando la adecuada estiba de la mercancía. El barco había llegado a El Musel el 27 de octubre y tuvo que aguardar a que mejoraran las condiciones de la mar para zarpar del puerto. Aún así, no pudo evitar toparse con mal tiempo. La pieza se montó en El Musel debido a la falta de espacio en el puerto sueco de destino para efectuar este trabajo. Otras partes de la pasarela sí se pudieron transportar desmontadas.

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