Los tráficos de carbón por El Musel se reducen este año en casi dos tercios

La menor actividad de transbordo de Glencore y Vitol desde el segundo semestre del año pasado es la principal causa del retroceso

Al fondo, el muelle Romualdo Alvargonzález Figaredo, en enero de 2023, con grandes acopios de carbón. | Juan Plaza

Al fondo, el muelle Romualdo Alvargonzález Figaredo, en enero de 2023, con grandes acopios de carbón. | Juan Plaza

M. C.

El tráfico de carbones en El Musel se ha reducido en casi dos tercios en lo que va de año, debido fundamentalmente a la reducción en los tráficos de transbordo de carbones de dos de los grandes operadores mundiales del sector que operan en el puerto gijonés desde 2022: Glencore y Vitol Group. En los cinco primeros meses del año pasado se movieron por El Musel 4,72 millones de toneladas de carbones y coque, cifra que en el mismo periodo de 2024 será de 1,67 millones, incluyendo el cargamento de dos barcos que arribarán al puerto en los próximos días. Se trata de un descenso de más del 64%.

El tráfico de carbones de ambos gigantes del sector, con destino final en otros países, se realiza en el Muelle Romualdo Alvargonzález Figaredo (antiguo Muelle Norte) para todas las exportaciones y parte de las descargas, mientras que otra parte de éstas se realiza por la terminal de minerales de El Musel, Ebhisa. La última descarga tuvo lugar el pasado mes de marzo.

El descenso en la actividad de Glencore y Vitol comenzó a notarse en el segundo semestre del año pasado. Entre los motivos, según las fuentes consultadas, está el descenso del precio del gas y una menor demanda de carbón en Europa el pasado invierno. También, que clientes de países de fuera de la UE han pasado a recibir el carbón directamente desde sus países de origen en lugar del que le suministraban desde El Musel tras la mezcla de distintos minerales en el Muelle Norte para obtener una calidad determinada. En este muelle, la principal actividad actualmente son los tráficos de graneles, tanto los de carbón y coque como de productos cementeros en la terminal que allí tiene Tudela Veguín, pero en un futuro va a estar ocupado en su mayor parte por actividades fabriles, con proyectos en marcha para la fabricación de bases para aerogeneradores marinos y de materiales para baterías eléctricas de automóvil.

Glencore y Vitol Group no son las únicas empresas que hacen transbordos de carbón en El Musel a otros países, pero sí son las que manejaron mayores volúmenes en los dos últimos años de las seis compañías que realizan este tipo de actividad. El descenso de la actividad de Glencore y Vitol se ve claramente en el retroceso en las exportaciones de carbón, en unas cifras que también incluyen los movimientos de otros operadores más modestos. Así, en el primer semestre de 2024 se exportaron por El Musel 2,38 toneladas de carbón, cifra que cayó hasta las 517.148 toneladas en el segundo semestre del año pasado, esto es, menos de una cuarta parte. Los embarques de carbón realizados en lo que va de año suman 384.462 toneladas. El carbón con destino a otros países se carga en el Muelle Norte, que es el que usan Glencore y Vitol, y en el Muelle Olano.

En cuanto al carbón y el coque (este último para ArcelorMittal) que se descargaron en el Muelle Norte en el primer semestre del año pasado fue de 843.617 toneladas, cifra que cayó hasta las 263.083 en el segundo semestre. Este año, el mes de mayo acabará con unas descargas de 213.600 toneladas, incluyendo algún importante cargamento de coque para Arcelor.

En su punto álgido, entre Glencore y Vitol Group llegaron a mover más del 90% de todo el carbón en tránsito por El Musel. Sólo en los ocho primeros meses del año pasado ya habían manejado entre ambas compañías más de cinco millones de toneladas de carbón entre descargas y cargas, cantidad que compensaba con creces el tráfico carbonero perdido por El Musel por el cierre de las centrales térmicas, cuatro millones de toneladas de media, en los años en los que desde El Musel se enviaba carbón a centrales de Asturias, León y Palencia. Eso no significaba que hubiera más carbón en El Musel que cuando estaban en servicio las térmicas, ya que el carbón destinado a transbordos cuenta doble como tráfico portuario, en la descarga y en la carga, mientras que los 4 millones para las térmicas era sólo descargas.

La llegada de Glencore y Vitol Group a El Musel a mediados de 2022 se produjo a raíz de la invasión rusa de Ucrania y el atasco en los puertos del norte de Europa que habitualmente realizan este tipo de operaciones de transbordo. El veto a las importaciones de carbón ruso en la UE obligó a los operadores a buscar otras fuentes de suministro. El carbón que trajeron Glencore y Vitol a El Musel procedía fundamentalmente de Sudáfrica, Australia, Canadá, Indonesia y Estados Unidos.

Los seis operadores de carbones implantados en El Musel han venido exportando el mineral a Polonia, Suecia, Rumanía, Reino Unido, Noruega, Italia, Holanda, Finlandia, Alemania, Francia e Islandia en Europa, y a Marruecos, India, Malasia, Turquía, Egipto y Togo, en otros países.

Glencore, una de las mayores multinacionales de recursos naturales a nivel mundial, y Vitol Group, la mayor compañía independiente, no son los primeros grandes operadores del sector que han tenido actividad en El Musel. En 2012, Goldman Sach almacenó durante varios meses, en la ampliación del puerto, 156.000 toneladas de carbón térmico que acabó vendiendo a la central de Aboño, sin llegar a ampliar sus acopios, como en un principio tenían previsto.

A diferencia de lo que ocurría con las centrales térmicas o lo que ocurre con los hornos altos de ArcelorMittal en Gijón, que necesariamente tienen que recibir sus materias primas por El Musel –por lo que los suyos se denominan tráficos cautivos–, las operaciones de descarga, mezcla y carga para enviar al destino final el carbón que han estado realizando desde mediados de 2022 Glencore y Vitol Group no están sujetas al Puerto, aunque El Musel es competitivo para este tipo de actividad.

Mientras el tráfico de graneles está cayendo en el puerto, en esta primera parte del año están creciendo significativamente los tráficos de graneles líquidos –fundamentalmente por la regasificadora– y los tráficos de mercancía general, incluyendo los de contenedores. El Puerto también cuenta con varios proyectos fabriles en distinto grado de desarrollo, tanto en El Musel como en Aboño.

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