Sumar: ¿un clavo ardiendo o un proyecto de futuro?

Ricardo Gayol

Ricardo Gayol

Tras el duro golpe recibido por las izquierdas en general el 28M, aunque cada una lo tenga que digerir desde su propia peculiaridad, no cabe duda de que solo hay un remedio básico: reaccionar con valentía, prontitud y coherencia.

Los socialistas ya han dado el primer paso con la convocatoria electoral de Sánchez a tumba abierta y sin contemplaciones. Había muchos motivos para esperar a diciembre, pero se ha impuesto la emergencia y el 23 de julio se la jugarán a todo o nada.

También la izquierda transformadora, que ha sufrido si cabe un impacto aún mayor, ha iniciado su proceso unitario imprescindible para comparecer con dignidad a las generales. Yolanda Díaz acaba de registrar Sumar como partido instrumental y ha puesto en marcha la maquinaria para construir su proyecto alternativo con todos los llamados a compartir sus candidaturas de unidad y pluralismo en la izquierda social.

Para bien o para mal, queda poco tiempo para tejer esa propuesta y solo cabe esperar que primen la generosidad y la racionalidad para aunar voluntades hacia el objetivo común.

No es conveniente que la articulación se formule desde la perspectiva de que hay que agarrarse a este clavo ardiendo, sino que la necesidad de un proyecto de país sólido y abierto se contemple como una oportunidad prioritaria para recuperar la ilusión popular y la convicción de que en este Estado español se puede vencer a la derecha cavernícola que nos circunda. Sin negar el arrase del partido Popular, acompañado por un Vox solvente electoralmente, hay matices importantes que permiten vislumbrar la alternativa.

Por un lado, Catalunya y Euskadi no forman parte de ese esquema diabólico. Con el añadido grave de que un gobierno español de las derechas puede hacer rebrotar la tensión independentista, ahora bastante bien integrada en la normalización política, sin que ello suponga la renuncia a sus idearios.

Pero también resisten otras comunidades políticas: Asturias por supuesto es un ejemplo de esa tendencia, más Navarra, Castilla La Mancha, junto con otras donde los socialistas han ganado y solo los acuerdos con Vox pueden asegurar los gobiernos al PP, como Extremadura, o Canarias.

La conclusión es que hay partido para el 23J. Piénsese que con los números del 28M Sánchez sacaría 122 diputados y hoy solo cuenta con 120.

Pero es cierto que una clave fundamental es la recuperación de la izquierda transformadora. Pues es erróneo pensar que solo un partido pueda disponer de mayoría suficiente para formar gobierno. La pervivencia del gobierno de coalición progresista necesita a Sumar como complemento imprescindible, por eso hay que hablar siempre de “mayoría de progreso”.

Obviamente el temor a un gobierno PP/Vox en el Estado va ser un freno patente a las aspiraciones de Feijóo, pero por sí solo no basta para contener su avance.

Por ello, jugar a la ofensiva es crucial y ahí el Movimiento Sumar tiene un papel incisivo. Lo importante es que Podemos deje de ser un problema y se convierta en un ingrediente indispensable por su historia en la conformación de ese proyecto de futuro.

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