Opinión

¿Tiempo de guerra? Con nosotras, no

Estamos siempre a punto de la superguerra. De la madre de todas las guerras. Me pregunto qué pasará por la cabeza de esos políticos que solo piensan en solucionar sus problemas con bombas, misiles y demás. Verán, al oír la noticia, como casi todos los días, de la guerra de machos, le comenté a mi marido que si las mandatarias fueran mujeres, seguro que no habría tanta violencia. No, no es una opinión a la ligera. Hablamos en Onda Cero, en mi sección, de la diferencia entre los cerebros masculinos y femeninos. Los últimos estudios con inteligencia artificial y, por supuesto, con las resonancias magnéticas y todos los nuevos aparatos que ustedes puedan imaginar, nos demuestra lo diferentes, lo exageradamente diferentes que son nuestros cerebros.

El del hombre y el de la mujer, lo que posiblemente hoy en día no es políticamente correcto, pero qué quieren, ya saben que yo no lo soy. Pues resulta que en el estudio de la Universidad de Stanford, con el doctor Menon al mando y publicado en febrero de este mismo año, los resultados indican que nosotras tenemos la corteza prefrontal bastante más desarrollada que la de los hombres. Esa corteza prefrontal es justamente la encargada de sopesar consecuencias, de controlar impulsos y tenemos por supuesto de la parte hormonal, que también incide y nos hace ser mucho más emocionales (no confundir con histéricas). Esto quiere decir que, al ser más empáticas, somos capaces de ponernos en el lugar de los demás más fácilmente que ellos, y por lo tanto podemos evitar y resolver conflictos mucho mejor que los varones. No somos tan impulsivas y damos los pasos necesarios para llegar a lo que queremos conseguir, a la meta. Ellos tienen también la amígdala más grande, esa que es la parte más primitiva, y por supuesto más agresiva, impulsiva. Esto hace que los conflictos, grandes o pequeños, se conviertan a veces en respuestas impulsivas, con la testosterona bien alta, para ser el uno o el otro, el dueño del mundo. Véase a los psicópatas como Putin o Ali Khamenei.

Por otra parte, la respuesta de lsrael a este último, aunque comedida, estoy segura de que se habría evitado con una mujer al mando. Podemos hablar del loco moscovita y para qué hablar del ayatolá que rige los destinos de Irán, cuyos hombres no lo parecen, cuando desprecian todos los derechos humanos, y especialmente los de las mujeres. Que matan a quienes no llevan bien el velo o a los homosexuales... Que quieren ser los dueños del mundo. Por eso las mujeres debemos ocupar los más altos puestos en los gobiernos, porque nos iría mucho, mucho mejor. Somos emocionalmente mucho más inteligentes y, créanme, la inteligencia emocional es la gran encargada de gestionar con razón y emoción cualquier problema, grande o pequeño. Se acabaría este constante tiempo de guerra. Se lo aseguro.

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