Opinión | Otra historia local

Laruelo

Santiago Baldomero Laruelo fue en la década de 1870 y siguientes un famoso peluquero en Gijón. Como "maestro peluquero" se anunciaba. Era dueño del Gran Salón de Peluquería y Barbería "El Progreso", que luego cambió el nombre por "El Sueño de Oro". Con entrada por la calle Corrida 18 para los hombres y por el trasero callejón del Horno, hoy calle Teruel, para las mujeres. Laruelo se anunciaba con versos que él mismo componía: "No olvidéis el Gran Salón / peluquería modelo / de Santiago B. Laruelo / el primero que en Gijón / dedicó una tienda al pelo".

Pero a la vez Laruelo era practicante porque ponía vacunas en la calle San Bernardo 2 y, en el mismo local, era dentista, "Santiago B. Laruelo limpia la dentadura, empasta y extrae muelas y dientes careados con la perfección que el arte requiere, tenemos el elixir Laruelo para calmar los más agudos dolores de muelas a seis reales el frasco". Laruelo era también callista. Decía poseer una "tintura infalible para la curación radical de los callos, ojos de perdiz y uñeros". Lo dicho: peluquero, dentista, practicante y callista.

Ante una epidemia de viruela en el año 1878 el practicante Santiago Baldomero Laruelo solicitó al Ayuntamiento de Gijón ayuda para obtener una vacuna contra la viruela utilizando las vacas. Nada raro, por eso se llaman "vacunas" a las vacunas. Se había hecho evidente que las lecheras, los ganaderos y los militares de caballería no eran afectados por la viruela. Abrió Laruelo un "Instituto de Vacunación" en la calle de Jovellanos cerca de donde estaba el Hospital de la Caridad. Se extraía un líquido de las vacas, se inoculaba a personas y las afectaba muy levemente pero sin que apareciese la viruela mortal.

Se casó Laruelo con Joaquina del Frade y Sierra y tuvieron un hijo, Abilio Laruelo del Frade. Como el padre, muy conocido practicante fue Abilio, que cuando murió, en el año 1932, era celador-practicante del Parque de Sanidad de Gijón.

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