Turismo de cementerio: los secretos del camposanto de Grado, arte funerario y lápidas "de fama y gloria"

Más allá del panteón de Concha Heres, este espacio cuenta con numerosas esculturas y curiosidades que lo hacen digno de visita

Más allá del panteón de Concha Heres, elemento más destacado y conocido del cementerio de Grado, el camposanto moscón, proyectado por el afamado arquitecto Juan Miguel de la Guardia, y de principios del siglo XX, cuenta con numerosos ejemplos de arte funerario con más de un siglo de antigüedad que lo hacen digno de visita. El propio diseño, con una vía central que asciende entre enormes cipreses hacia la parte alta, conceden a este espacio un aspecto singular y superior en estética al de otros muchos de su tipo en villas del tamaño de la moscona. Además de la visita imprescindible al lugar donde descansa Heres con su primer marido -hermosísimo incluso en su decandencia por su falta de mantenimiento-, recorrer las calles del lugar permite conocer otras muestras destacables.

Hay en el camposanto moscón tumbas de personajes ilustres, como la del arcipreste Bernardo Gurdiel, que fue sacerdote durante más de medio siglo y que tuvo un entierro multitudinario, y pequeños panteones o conjuntos de sepulturas notables de distintas épocas que permiten contemplar la evolución del arte funerario a lo largo de más de un siglo. Resulta también curioso detenerse en las inscripciones de las lápidas, para comprobar cómo muchas, de un determinado momento, detallan la profesión o hasta el nombre de pila del fallecido.

Sobre este particular publicó hace años un magnífico artículo José Luis Fernández Faure, que aportó un estudio de las características del cementerio de Grado.

"Las lápidas van a ser las fuentes epigráficas más numerosas, aunque no las únicas, pues también aparecen epígrafes en podiums y monumentos arquitectónicos. Existen varios modelos de lápidas, lisas, con arco ojival cincelado, y con cuatro cuadrados en los ángulos que suelen estar decorados en su interior con botones o motivos vegetales estilizados; en términos generales, los mejores ejemplares, las decoradas, suelen corresponder a los enterramientos de segunda categoría, probablemente por el afán imitativo de fama y gloria con sus vecinos más pudientes, cuyos monumentos y esculturas, que ellos no pueden costear, llevan implícita la categoría social del que allí yace; todas ellas muestran el buen hacer del taller marmolista de D. Amado Martínez, verdadero constructor del cementerio de Grado hasta su muerte", señala el artículo.

"Aparecen encabezadas por las siglas desarrolladas del Crismón constantiniano (P + X), a la que sigue una biografía abreviada del difunto, la más común con el nombre (los más pudientes con amplitud de apellidos compuestos), la fecha de nacimiento y óbito, el tratamiento de Sr., Sr. Don, y sus correspondientes femeninos, aparecen en todas las categorías sociales, apercibiéndose por parte del elemento femenino, sobre todo en los enterramientos de primera y segunda, la explicitación de su estado civil de viuda o señorita, aunque no sea lo más corriente. El deseo de notoriedad o fama se hace constar mediante la profesión que se tuvo en vida, sobre todo los que detentan profesiones liberales, aunque no faltan las vinculadas al ámbito de la villa (maestro de la banda municipal), la docencia (maestro nacional), o el Ejército (capitán de Artillería; capitán de Infantería; capitán del cuerpo de Especialistas, etc.); otra vía de alcanzar tal meta será a través de la erudición latina, "in memoriam usque in carnis resurrectionem", indica el texto de Fernández Faure.

Las figuras y esculturas son numerosas en el camposanto moscón. Además de impresionante ángel del panteón de Concha Heres, en esa misma parte del cememterio, hay construcciones de menor tamaño pero también destacadas por su arquitectura, antigüedad y por contar con esculturas de gran calidad. Todas salen a la vista al acceder al cementerio, pues este cuenta con un ordenado diseño que permite ver el conjunto de todo el espacio desde el pasillo central entre cipreses.