París, Efe

Nasser Al-Bahri, antiguo guardaespaldas de Osama Bin Laden, lamenta no haber matado al líder de Al Qaeda cuando era su colaborador más próximo, aunque entonces lo consideraba su jefe espiritual y estaba dispuesto a morir por la red. «Hoy, evidentemente, lamento no haberlo matado», declaró en una entrevista publicada por «Le Parisien» con motivo de la edición de un libro con su historia, escrito con el periodista francés Georges Malbrunot.

El ex guardaespaldas, que tiene que vivir fuertemente protegido en Yemen por las amenazas de Al Qaeda, explicó que una de las misiones que le había encargado el líder de Al Qaeda era matarlo en caso de que fuera a ser capturado. «Quería morir como un mártir y, sobre todo, no caer en manos del enemigo y del infiel». Por eso, Al-Bahri llevaba una pistola para utilizarla contra él si se veían rodeados.