Londres / Oviedo

El apoyo al Partido Liberal Demócrata (tercera formación británica) ante las elecciones generales del próximo 6 de mayo subió 14 puntos tras la victoria de su líder, Nick Clegg, en el primero de los tres debates electorales televisados, mantenido la noche del jueves. Clegg, según sondeos hechos entre los espectadores tras el histórico cara a cara -que se celebraba por primera vez en el Reino Unido-, se impuso con claridad a los otros dos líderes políticos, el primer ministro laborista, Gordon Brown, y el líder conservador, David Cameron.

El resultado de esa victoria se reflejó de inmediato en el primer sondeo electoral difundido ayer por la cadena ITV y elaborado por la firma ComRes. En él, Clegg recibe un 35% de intención de voto. Los conservadores, con un 36%, descienden tres puntos, mientras que los laboristas quedan relegados a la tercera posición, con un 24%.

Clegg -cuyo partido se ve perjudicado en las urnas por el sistema electoral británico de mayoría simple, que favorece el bipartidismo entre conservadores y laboristas- ofreció una imagen de frescura y de político que representa una opción distinta a la de los dos partidos que han gobernado de manera ininterrumpida en el Reino Unido desde la II Guerra Mundial.

No obstante, habrá que esperar al 6 de mayo para conocer el efecto de esta victoria y hasta entonces se celebrarán otros dos debates más, centrados en política internacional y economía, mientras que el del jueves versó sobre política nacional.

Lo que está claro es que los liberal-demócratas consiguieron ayer uno de sus principales objetivos, que su líder sea mejor conocido por los electores y que el partido coseche un mayor porcentaje de votos. Aunque algunos analistas destacaron que la victoria de Clegg es inútil, porque los liberal-demócratas no tienen posibilidad de ser una opción de Gobierno. a buen seguro que reforzará su posición si, como auguran las encuestas, no hay una mayoría absoluta el 6 de mayo. Si así fuese, el partido con más escaños, previsiblemente conservadores o laboristas, tendrá que buscar un acuerdo parlamentario o un gobierno de coalición con los liberal-demócratas.

Al margen de la victoria de Clegg, que contaba con la ventaja previa de representar al partido menos «contaminado» de poder, el debate no respondió a las expectativas y dejó la sensación de que todo sigue igual a tres semanas de la convocatoria a las urnas.

Durante 90 minutos, los tres candidatos repitieron los argumentos ya conocidos de sus programas electorales. Brown apostó por la economía y reivindicó su papel como «salvador» de la crisis, pidiendo que no se repitan los errores de las depresiones de las décadas de 1930 y 1980, y que se mantengan los programas de estímulo para evitar una segunda recaída.

El de Cameron fue el mensaje de los valores -«estaré con quien quiera trabajar duro y con quien quiera tener una familia»- y del cambio, pidiendo a los votantes que elijan «la esperanza y no el miedo», mientras que el de Clegg fue que «hay una alternativa a los de siempre» y que hay «que dar una oportunidad real al cambio» en el Reino Unido.