Catástrofe en el Alto Atlas
Terremoto en Marruecos: "El problema no han sido las casas de adobe sino la magnitud del seísmo"
El potente sismo, cuyo epicentro tuvo lugar cerca de la cordillera del Alto Atlas, devastó ciudades y se saldó con al menos 3.000 muertos y 5.500 heridos
Begoña González
Marruecos sufrió el pasado 8 de septiembre el terremoto de mayor intensidad de sus últimos 100 años de historia. El potente sismo, cuyo epicentro tuvo lugar cerca de la cordillera del Alto Atlas, a unos 72 kilómetros al suroeste de Marrakech, devastó ciudades y se saldó con al menos 3.000 muertos y 5.500 heridos.
Las imágenes que circularon tras el terremoto mostraban localidades reducidas a escombros. Zonas en las que no quedaba prácticamente ni un solo edificio en pie. En un primer momento esta destrucción se atribuyó, de manera casi automática, a los materiales de construcción utilizados, en su mayoría adobe, pero como apunta Montserrat Bosch, arquitecta técnica y profesora de l'Escola Politècnica Superior d'Edificació de Barcelona (EPSEB) de la UPC, "el problema no han sido sólo las casas de adobe sino la magnitud del terremoto ".
El terremoto de Marruecos marcó 6,8 en la escala de Richter y VII en la escala de Mercalli. Esta calificación comporta "daños insignificantes en estructuras de buen diseño y construcción; leves a moderados en estructuras ordinarias bien construidas y daños considerables en estructuras pobremente construidas".
En Marruecos, aunque existe una normativa sísmica desde el año 2001, la gran mayoría, por no decir la totalidad, de edificios construidos anteriormente, no la cumplen. "El ciudadano marroquí construye en su mayoría sus viviendas con sentido común y autoconstrucción. Aunque se edifique con hormigón, si no se siguen los preceptos de la normativa, el material por sí solo no dará la seguridad. Las garantías vienen dadas por múltiples factores y la idoneidad de las técnicas utilizadas para construir", asegura.
Material sismorresistente
"Nos preocupa que se ponga el estigma en la tierra porque es la única construcción que esta gente se puede permitir. De hecho, se ha comprobado en mesas de ensayo en laboratorios en Perú e Italia que la tierra, con estrategias específicas de refuerzo, es sismorresistente, o como poco reduce la vulnerabilidad de las construcciones", asegura Bosch, que añade que "las presiones para incorporar el hormigón y construir con él, son muchas veces económicas".
"Decir que si las casas hubieran sido de hormigón no se hubieran caído es mentira, y un ejemplo lo tenemos en Lorca (Murcia), donde un terremoto bastante inferior también acabó con todo", apunta. Bosch recuerda que el seísmo de Lorca, en el año 2011, fue de magnitud 5,1 y dejó nueve fallecidos y centenares de heridos y casi 1.800 viviendas tuvieron que ser derribadas. El de Marruecos superó en casi dos grados la intensidad. "El sismo fue tan destructivo que todo lo que estaba construido se cayó. En el Atlas la construcción es tradicionalmente de adobe, pero es que si el epicentro hubiera sido en Tetuán, donde abunda una arquitectura más europea, los daños materiales también hubiesen sido cuantiosos", asegura la arquitecta técnica.
Técnicas milenarias
Por lo tanto, este tipo de arquitectura milenaria del Magreb, basada en técnicas y materiales que permiten cubrir las necesidades de sus habitantes de forma sostenible, incluso desde el punto de vista sísmico, "no colapsa por estar construida con materiales tradicionales, de igual modo que la arquitectura moderna no es garantía de sismorresistencia frente a terremotos de esta intensidad", zanja la experta.
La reconstrucción abre ahora un escenario entre la normativa y las posibilidades económicas de los ciudadanos. "Cuando la gente vaya a reconstruir su casa, optará muy probablemente de nuevo por la autoconstrucción. El adobe es más barato y abundante para los marroquís. El hormigón hay que importarlo y eso conlleva un elevado coste", asegura. "Acabamos de defender una tesis de construcciones de tierra en Chile y hay sistemas que se pueden hacer los propios ciudadanos con mallas de gallinero y otros materiales comunes que protegen el edificio frente a terremotos estándar", apunta Bosch.
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