La pintora de las nieblas de Llanera

Duli García impregna su obra pictórica de las brumas que rodean su casa-taller en Ferroñes: "Me inspira muchísimo"

Las nieblas del alto de Monteagudo, en la parroquia de Ferroñes, impregnan los cuadros de la pintora Duli García en los últimos años. Esa bruma que se deja ver en esta zona del concejo de Llanera revive en las obras abstractas y semifigurativas de la artista, llevando un pedazo de su tierra al lienzo desde que se asentó en 2008 en el pueblo, donde tiene una casa-taller donde pinta, da clases de pintura y las tertulias sobre arte son una de sus señas de identidad.

"Me ha influido mucho la niebla, me inspira muchísimo. Aunque no es una cosa maravillosa para otros para mí, sí. Estéticamente me gusta, es muy poética, muy envolvedora", resume García, de 72 años. La vida de esta pintora comienza en Lugo, de donde es oriunda su familia. A los 5 años emigran a Bélgica, país en el que comienza su relación con el arte con clases de pintura. "A mis padres no les gustaba nada, quería estudiar Bellas Artes pero no quisieron, pensaban que no era rentable para poder vivir, según su manera de ver las cosas".

Cuando se casó comenzó a recibir clases en la Escuela Nacional Superior de Artes Visuales "La Cambre" de Bruselas, pero la vida tenía aún muchas sorpresas para la pintora, que inició con su familia una vuelta al mundo y períodos de estancia largos en París, Estados Unidos o Suiza donde realizó numerosas exposiciones. "Mi compañero en ese momento quería comprar un barco para dar la vuelta al mundo y, cosas de la vida, decidimos dejarlo porque a mí me apetecía más instalarme en España, seguir con mi pintura", recuerda.

Así es como llega a la casa familiar de Lugo que, tiempo después, decide vender para construir la que es ahora su casa-taller en Monteagudo. En estos años ha sido profesora de la Universidad Popular de Gijón, docente en diversos talleres y cursos, se inició en la fotografía y continuó con su nutrida e imparable actividad pictórica, que la lleva a emplear distintas técnicas y estilos explorando la diversidad del arte. "Soy curiosa e inquieta", dice.

Sus viajes por el mundo, con períodos en Asia, marcan también su obra y el orientalismo se muestra al ojo del público en muchos de sus trabajos. China, India o el sudeste asiático son algunos de los enclaves en los que aprendió de los mejores maestros. Un alma viajera que, asegura, le viene por genética: "Vengo de familia de emigrantes a América y mi padre siempre me lo inculcó para aprender cosas y ser tolerante", explica.

Aunque se asentó en Llanera, los viajes por el mundo, sobre todo a París para ver a su nieta, son una constante en su vida. Acaba de regresar con un nuevo proyecto fotográfico en mente en el que la pequeña es la protagonista. Pero, su contenido, es aún secreto. Duli no para de crear arte entre las brumas de Monteagudo y los recuerdos de sus viajes por el mundo, presentes en cada rincón de su casa-taller.