La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cumbre académica de LA NUEVA ESPAÑA en Ribadesella

Alarma por el desplome en el ranking de Shanghai

Los cargos académicos creen que la bajada de la Universidad en la clasificación puede deberse a la jubilación de científicos con alta producción

Campus del Milán de la Universidad de Oviedo

Este mes se publicaron los resultados del prestigioso ranking de Shanghai, en el cual la Universidad de Oviedo baja de golpe 200 puestos. La institución académica asturiana llevaba dos años (2019 y 2020) en el top 500 y, según la última clasificación, que mide el nivel de investigación, desciende hasta el top 800. “Nos han adelantado diez”, dice con perplejidad el Rector Villaverde. “Hay que saber por qué hemos bajado”, añade Juan Vázquez, que da una posible explicación: “Puede estar relacionado con que este año se jubiló mucha gente productiva”.

Vicente Gotor, catedrático jubilado de Química Orgánica e Inorgánica y exrector de Oviedo, está de acuerdo en el análisis. “Estamos viviendo de las rentas; hay muchos profesores que se jubilaron y estamos perdiendo producción científica”, advierte. Gotor percibe, además, mucha “desmotivación”, al menos en su departamento por el “sistema”. “Hay gente muy potente que no ha cumplido 50 años, con un índice H de 47 que lo ha dejado, que no ha querido saber nada más de la investigación”, comenta. Y lo peor es que tampoco hay relevo. “En mi grupo antes se leían dos o tres tesis al año y ahora se lee una cada dos o tres”, lamenta.

Manuel Villa Cellino aporta otra explicación a esto de los rankings. “En la privada estamos fichando a mucha gente de la pública que se ha jubilado y que viene con un nivel alto de producción científica”, cuenta. El claro ejemplo del nuevo rector de la Nebrija, José Muñiz, que es catedrático de Psicometría de la Universidad de Oviedo e investigador con seis sexenios de investigación y casi 9.000 citas en Google Scholar. Villa Cellino opina que los rankings son “muy importantes y cada vez lo serán más”.

¿Por qué? Porque ofrece una imagen pública internacional de las universidades de todo el mundo. “Alguien de Nueva York no sabe cómo es la Universidad de Oviedo”. Ahora bien, “lo importante es tener una variedad de rankings y que las universidades tengan una estrategia de en cuáles quieren destacar”. Salvador Ordóñez alude a la necesidad de elaborar rankings vinculados a empleabilidad. “Todo está en los datos. El que acaba en nuestra universidad (Nebrija), en un 85% de los casos encuentra trabajo”, señala José Muñiz. “En el de Shangai este año hemos visto la caída de la Pompeu Fabra”, indica en el exrector de la Universidad de Alicante como nuevas tendencias.

La política nacional

Si en algo hay unanimidad entre los cargos académicos reunidos en Ribadesella es que separar las carteras de Universidades y de Ciencia fue un “error tremendo” del Gobierno de Pedro Sánchez y que tanto Manuel Castells como Pedro Duque –ya destituido– han fracasado. “Fue un error partir los ministerios y fue un error poner a Castells al frente de Universidades”, opina García Granda, que a nivel científico respeta mucho al sociólogo. “Pero, ¿qué hizo?”, se pregunta Zulima Fernández. “Nada”, se contesta a sí misma. “Y Pedro Duque tampoco; no bajó todavía de la Luna”, asevera Gotor. Para Vázquez, Castells ha sido directamente “un desastre”. “Tú no puedes ser el jefe de los sindicatos de los estudiantes en el Ministerio”, afirma sin pelos en la lengua. Villaverde cree que el Ministro de Universidades “sí hizo muchas cosas, pero equivocadas”. Sobre la titular recién llegada al Ministerio de Ciencia, Diana Morant, tiene buenas palabras el máximo representante de la Universidad de Oviedo. Coincidió con ella en Gijón en la Feria de Muestras de Asturias. “Me causó buena impresión; se nota que sabe de gestión, viene de un ayuntamiento y eso te faja. Le pedí dos cosas: que la investigación no solo viene del CSIC y que no se olvide de las Humanidades”.

Compartir el artículo

stats