Flores de Somiedo con mensaje: un divulgador publica una guía de 300 plantas del parque para animar a los jóvenes a salir de excursión

Emiliano Navas convierte sus más de 30 años de visitas al parque natural en una guía divulgativa por colores, con el sueño de que los jóvenes recuperen la pasión por salir de al campo

A. Rubiera

A. Rubiera

Emiliano Navas (Madrid, 1958) se formó en Psicología y Pedagogía y supo pronto que su sitio no estaba en la gran capital. Con veintipocos años se trasladó a vivir a Logroño "porque me agobiaba tremendamente la vida en aquella urbe". Ya por entonces –mediados de los ochenta– había quienes buscan expresamente vivencias rurales. Y él era uno de ellos. "De hecho, participé en el ‘Primer encuentro de pueblos deshabitados’ celebrado en Madrid en 1984 y allí conocí experiencias vitales que aún perduran en Aragón y Cataluña", cuenta.

1. Hepatica blanca o «Parnassia Palustris nectarios»; 2. Adelfilla o «Daphne Laureola»; 3. Emiliano Navas en un corro en Sousas, junto a una saxifraga; 4. La siempreviva o «Sempervivum vicentei»; 5. Centáurea de Somiedo, o «Centaurium somedanum»; 6. El trébol acuático o «Menyanthes trifoliata»; 7.Genciana de primavera o «Gentiana verna»; 8. Salsifí púrpura o tetilla de vaca, «Tragopogon crocifolius».  9. «Dactylorhyza ericetorum»; 10. Calderón o mantequina, «Trollius europaeus»; y 11. Sambucina o «Dactylorhiza sambucina».  | E. Navas

9. «Dactylorhyza ericetorum»; / E. Navas

Navas ha trabajado como educador y divulgador científico "intentando explicar los procesos complejos a niños y jóvenes y proporcionarles un aprendizaje motivador para que sigan avanzando en el conocimiento". Sin perder de vista ese objetivo, en 2003 nacía de su mano Ediciones Emilianenses, otra plataforma desde la que facilitar un nuevo acercamiento a las Humanidades y los contenidos científicos "usando la ilustración gráfica rigurosa, como se ha hecho en la cultura anglosajona", explica.

Las flores de Somiedo tienen mensaje

Genciana de Primavera. / A. Rubiera

Entre publicaciones de arte y otras delicadezas Navas acaba de editar una guía de flores de Somiedo con 300 fotografías tomadas al natural. Una guía divulgativa, práctica, de bolsillo, ideal para paseos y excursiones, para la que ha elegido "plantas muy atractivas, con flores fáciles de encontrar, al alcance de cualquier paseante", dice. Es una guía para acercarse a la botánica, explica el autor, y para facilitar la conservación de un parque natural que este madrileño reconvertido en riojano conoció en los años 90 y del que se enamoró.

Las flores de Somiedo tienen mensaje

Salsifí púrpura o tetilla de vaca. / A. Rubiera

Es también su grano de arena para recortar la distancia entre las nuevas generaciones y el mundo vegetal. "Hace años era una práctica habitual salir de excursión en condiciones precarias, o ir de campamento en las vacaciones de verano. Hoy las nuevas generaciones disponen de más elementos distractores y generalmente fomentan el sedentarismo, como pantallas, redes sociales, etc... Y todavía no han escuchado que el tiempo de ocio en la naturaleza no es tiempo libre perdido, sino tiempo de salud. La Naturaleza no roba tiempo sino que lo amplifica, inspira creatividad al exigir una visualización y el uso total de los sentidos", sostiene Emiliano Navas. Es lo que algunos ya denoninan el trastorno por "déficit de naturaleza" de las nuevas generaciones.

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Centáurea de Somiedo. / A. Rubiera

La conexión de Navas con Somiedo hay que buscarla en los años 90. "Llego cuando se inaugura el camping Lagos de Somiedo y me asombro del equilibrio real que existe entre la Naturaleza y el Hombre, de la belleza de sus paisajes y de sus gentes. Tuve ocasión de conocer a los últimos molineros de agua y a los últimos madreñeros. De esos primeros años mantengo un archivo botánico fotográfico en papel que he usado para documentar algunas especies", explica Navas.

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Adelfilla o "Daphne Laureola" / A. Rubiera

De ese "asombro y la belleza que me produce Somiedo" y también del "elevado bienestar por la relación con el paisaje, con las gentes y con el mundo vegetal que descubría", nació la idea de la guía de flores. "Además, Somiedo es un espacio natural muy rico que aporta sorpresas: por ejemplo, la primera tesis sobre su flora fue obra de José Antonio Fernández en 1981; el profesor Juan José Lastra citó por primera vez en Asturias el Sombrerillo (Umbilicus heylandianus) en Somiedo, en 1992. Y el famoso Hinojo de roca (Rivasmartinezia vazquezii), endémico en Asturias, fue descubierto por José Antonio Fernández y Eduardo Cires en 2013. Es decir, que casi todo está por descubrir y por conservar".

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El trébol acuático / A. Rubiera

El trastorno por déficit de Naturaleza

Por mucho que la guía quiera hacer disfrutar al lector, nadie lo habrá pasado tan bien como el autor llevándola a cabo. "Ha sido un placer contar con numerosos testimonios de gente de la zona e incluso más allá, amigos de Villablino, en Laciana. Hemos seguido una metodología de observación participativa, basada en el compartir, buscar, identificar la especie y sobre todo escuchar. Hay que escuchar a los paisanos que son los que entienden de toponimia y de usos ancestrales de las plantas. Luego nos propusimos encontrar personalmente las plantas citadas en los catálogos botánicos y que gozaban de una apariencia atractiva y de tamaño asequible para todos los públicos", explica. Esa búsqueda no fue fácil y requirió tener que hacer numerosos viajes para poder localizar en cada época las especies de ese momento. "Hemos desarrollado la santa paciencia del botánico propiciando el encuentro con la planta en cuestión para obtener la fotografía deseada", explica Navas.

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La siempreviva / A. Rubiera

Otra indicación para sus lectores: "Hay un comportamiento que, como paseantes, debemos tener en la naturaleza: a las plantas hay que dejarlas estar. Hay que respetarlas, porque los humanos generalmente las incomodamos". Partiendo de esa premisa, a Navas es difícil preguntarle si tiene una flor preferida. "Lo importante es aprender a observar la complejidad y belleza, por ejemplo, del trébol acuático (Menyanthes trifoliata) que nos recibe en el Puerto; apreciar la textura de la cariofilada de agua (Geum rivale). Podemos disfrutar de la muy protegida centaurea de Somiedo (Centaurium somedanum), al ser endémica de la zona...". Y por él, seguiría citando.

La guía incluye 23 especies de orquídeas, abundantes en el paisaje de la región si se sabe mirar. "El desconocimiento, en general, que hay del mundo vegetal es amplio. La distancia que existe entre el mundo vegetal y los humanos hoy por hoy es inmensa. El mundo animal ha tenido más suerte. Hemos fotografiado 23 especies de orquídeas pero hay unas cuantas más. Por este motivo con este libro tratamos de acercar dichos mundos y establecer nuevas relaciones como conocer el nombre de la planta y aprenderlo, preguntarse porqué crece en ese lugar, porqué desarrolla ese tipo de hoja etc...Y nos remitimos a lo que escribió Linneo: ‘Si desconoces el nombre de las cosas, desaparece también lo que sabes de ellas’".

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Sambucina. / A. Rubiera

De vuelta al "trastorno por déficit de naturaleza" de los jóvenes, Emiliano Navas reflexiona que "puede ser la causa de diferentes problemas físicos y emocionales de la juventud Esta situación se está estudiando con profusión desde la psicología, la sociología y la salud y ahí está el gran trabajo que Richard Louv viene desarrollando desde 2005, cuando publicó ‘Los últimos niños en el bosque’: Louv profundiza y plantea soluciones prácticas a la grave situación que viven nuestros hijos al ser la primera generación criada sin un contacto significativo con el mundo natural. Cada vez es más difícil hacer excursiones a la naturaleza desde el sistema escolar, sea español o americano, ya sea por el miedo de los profesores a los riesgos y el papeleo burocrático...,

El caso es que las sociedades urbanas actuales no valoran ni posibilitan el jugar en la calle o en los parques. Los padres se sienten más seguros si los hijos juegan en un entorno cerrado, tipo ludoteca, rodeados de aparatos simbólicos como ordenadores, teléfonos móviles y redes sociales. Y además, algunos padres transmiten un miedo a lo difuso o indefinido y convencen a sus hijos de lo guay que es llevar una pulsera con un radiomarcador. Y las consecuencias que los educadores detectamos es un déficit en la atención, en mantener la observación adecuada en un entorno natural. Si la persona no distingue las texturas, las tonalidades o las formas de una hoja… todo nos parecerá igual, simplemente de color verde. Prestar la atención adecuada a los detalles de la Naturaleza sabemos que beneficia el desarrollo del habla, de la escritura y facilita desarrollar agudas habilidades sensoriales", encadena.

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Calderón o mantequina. / A. Rubiera

Pone otro ejemplo: "actualmente cualquier persona dispone de una cámara digital o un móvil de última generación. El problema que detectamos es que no se sabe a qué prestar atención ¿a la formas de las hojas? ¿a la vellosidad del tallo? ¿a la forma de la corola y longitud de los estambres? , es decir, disponemos de muchos recursos técnicos pero hemos perdido capacidad de atención y de observación.

Esa observación se puede ejercitar en Somiedo, y se puede hacer con un peso añadido en la mochila para la cámara y las (varias) guías de campo. "Desde este planteamiento divulgativo, el conocimiento lo vamos a obtener in situ, al lado de la planta, con las claves que podamos utilizar", concluye Navas.

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