Langreo, E. PELÁEZ

Los inmigrantes que llegan a la comarca tienen una puerta siempre abierta. La asociación Intervalo se ocupa desde hace 14 años de ayudar en lo posible a la adaptación de los nuevos vecinos para que no se sientan extraños en su tierra de acogida. Intervalo empezó con cuatro voluntarios y centrado en cumplir una función asistencial, atendiendo a las más urgentes necesidades como ropa o alimentos y, ahora, con 16 personas, divide su trabajo en varias áreas.

La educativa es una de ellas y se centra en las actividades organizadas en colegios para la sensibilización escolar. La asociación pro inmigrantes Intervalo, con sede en Langreo. también presta apoyo legal con la ayuda de un abogado que atiende «cualquier duda», señaló Irene Argüelles Mariscal, trabajadora del área de Educación. Otra área de trabajo es la de acogida, la primera que funciona y en la que el colectivo busca soluciones para aquellas necesidades que tiene el inmigrante como alojamiento, ropa o alimentos.

También desarrolla más actividades. Una de ellas es la celebración desde hace tres años de una gala contra el racismo y la xenofobia que tendrá lugar, el próximo sábado, en el teatro de La Felguera desde las siete de la tarde. «El objetivo principal del acto es celebrar el día contra el racismo y que podamos compartir este evento», aseguró Irene Argüelles.

Intervalo ofrece además traducción, organiza reuniones con mujeres cada quince días, las llamadas «tertulias con color de mujer», y «enseña español» y también nuevas tecnologías para que puedan comunicarse con sus familias que están lejos». «Gracias a los inmigrantes viajamos sin movernos de Asturias», comentó Argüelles, que destacó que la asociación se mantiene con subvenciones del Principado y del Ayuntamiento de Langreo, además de donativos de particulares.

La crisis está provocando que muchos de aquellos que llegaron en los últimos años se marchen. «Varios senegaleses se van a Andalucía a trabajar en el campo», indicó, para añadir que la situación económica «está afectando bastante» a los inmigrantes. Cuando Intervalo inició su labor eran los polacos y ecuatorianos los que más acudían al colectivo, después aumentó el número de senegaleses y marroquíes.