La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Fútbol | Promoción de ascenso a Segunda División B

El Marino gana la batalla

El conjunto de Oli, con un tempranero gol de Álex Arias y otro de Cayarga al final, derrota al San Ignacio en un duelo marcado por la intensidad

Pablo Pantiga celebra el pase de la eliminatoria junto a un grupo de jóvenes aficionados. RICARDO SOLÍS

Con un gol de Álex Arias al principio y otro de Cayarga de puntilla, el Marino avanza a la siguiente ronda de la fase de ascenso a Segunda B. Aunque más que ganar una eliminatoria, el Marino ganó una encarnizada batalla. Una puja lejana a las grandes ideologías futbolísticas, perversamente atractiva como solo una eliminatoria de ascenso es.

El sistema perverso del play-off contempla que el Marino, que fue mejor sobre el césped, que dominó y que fue ganando desde el minuto seis, se pudiera quedar otro año más en Tercera en un despiste.

Los locales ejercieron una presión fanática en todo el campo para evitar sustos. Se notó en detalles, como la persecución de Iván Fernández a un rival ubicado en las antípodas de su posición. De esa carrera, el botín fue exiguo. Apenas un saque de banda que el marinista celebró como un gol.

El partido era adrenalítico. Y eso que el Marino iba ganando. Fue gracias a Álex Arias. En realidad, todo lo que hubo de fútbol en la primera parte tuvo que ver con el avilesino. Marcó el primero en el minuto seis. Fue una jugada casi de billar. Controló en la frontal y chutó cruzado al palo. Se ayudó de este para adelantar a sus compañeros.

El resto de acciones de peligro tuvieron que ver con él o con su ausencia. Arias cabalgó una contra que él mismo no pudo acabar. También chutó una falta lateral que botó delante de Aritz y casi significa el segundo. Nadie supo aprovechar ese rechace huérfano en el área.

El San Ignacio infartó Miramar con un balón al larguero. Fue a la salida de un córner, tras una jugada polémica. El protagonista de la tarde, Álex Arias, se había quedado tendido en el suelo por un golpe. Los vascos siguieron la jugada y el rédito que obtuvieron fue ese saque de esquina que casi cuesta un disgusto al Marino.

Tras el descanso, los vascos, que no rechazaban ninguna oportunidad de ir al choque, cambiaron su idea de juego. Cavaron toda una trinchera en el centro del campo para evitar la creatividad del Marino. Cuando se juntaban todos los hombres del San Ignacio aquello parecía la línea Maginot.

Desde luego, fue igual de inútil, porque los de Oli se dieron cuenta de la estratagema y abrieron el campo. Ahí ganó protagonismo Luis Morán. Sus acometidas fueron de lo más destacado de una segunda parte sin ocasiones reales de gol.

La tensión era directamente proporcional al tiempo. El árbitro, con un criterio contradictorio de las tarjetas y una visión casi funcionarial del fútbol, cercenó al San Ignacio con la expulsión de Guti, seguramente el mejor jugador de los vascos.

Con uno más, César García se encontró cómodo para desplegar su calidad. Asistió a Cayarga en el noventa y evitó una posible heroicidad en el descuento del San Ignacio. Así, el Marino estará en la siguiente fase.

Compartir el artículo

stats