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Cuando las mulas eran el autobús

El tranvía Ripert, sin raíles y de tiro animal, fue pionero en el transporte colectivo en Oviedo, con una línea desde el final de Uría al Ayuntamiento

Durante un período de 67 años, desde 1889 hasta 1956, circularon diversos tipos de tranvías por el casco urbano de Oviedo y zonas aledañas. Los primeros en prestar servicio iban arrastrados por caballerías, primero con vagones dispuestos con ruedas neumáticas y más tarde cambiaron a metálicas para desplazarse sobre vías. Desde el año 1922 hasta el final -cuando fueron reemplazados por el autobús- la tracción tranviaria pasó a ser eléctrica.

El transporte colectivo de viajeros comenzó el año 1889 con una especie de tranvía sin raíles conocido como Ripert, un medio de locomoción ligero, con ruedas de llanta y tirado por mulas. Fue el primer vehículo público que transitó por las calles ovetenses, haciendo la ruta desde el final de la calle de Uría, Fruela, Jesús y plaza de la Constitución, donde estacionaba delante de los soportales del Ayuntamiento.

La denominación Ripert proviene de un carrocero marsellés, Antoine Ripert, quien partiendo de la carrocería de un pequeño tranvía construyó a principios de la década de 1880 un ómnibus de pequeñas dimensiones más ligero y práctico que los que entonces circulaban por algunas poblaciones importantes.

De tamaño reducido (habitualmente 1,9 m de ancho y 2,8 de altura), tuvo un éxito inmediato al ser adoptado por muchas ciudades, entre ellas Toulouse, Oporto, Berlín, Madrid y Barcelona. Su estructura era de madera y hierro con un chasis muy bajo, una rodadura de radio bastante reducido, lo que facilitaba la accesibilidad por las calles estrechas, y freno de zapatas. La distribución de los asientos era en bancos laterales en los coches de invierno o cerrados, y transversales en los de verano o jardineras.

Barcelona fue la primera ciudad española en establecer líneas de Ripert en enero de 1882, mientras que en Madrid este tipo de movilidad no comenzó hasta el 1 de abril del mismo año. Eran bastante frecuentes los atropellos causados por la inadecuada velocidad, haciéndose eco de tales escaramuzas la prensa.

Durante la sesión del Ayuntamiento de Oviedo, celebrada el 8 de junio de 1889, se dio cuenta de una instancia presentada ante el gobernador por José Duque y Pérez solicitando autorización para establecer "un servicio de coche Ripert de cuarenta asientos desde la Plaza Mayor á la Estación del Ferro-carril desde las ocho de la mañana á igual hora de la noche con intervalos de media, reserva de alterar el itinerario en tiempo de ferias, mercados y otras especiales circunstancias, señalando como precio de cada recorrido ordinario diez céntimos de peseta". Tras algunas deliberaciones -entre las que se encontraba el trayecto y el ancho de las llantas-, los concejales acordaron informar a las autoridades provinciales de que no se oponían a la concesión solicitada, "si bien se reservan el derecho de sujetar al concesionario á la reglamentación é imposición de arbitrio si más adelante juzgara oportuno establecerlo tanto sobre este servicio de tránsito como de otros análogos existentes, en concepto de recurso legal que vienen utilizando otras poblaciones".

No debió de ir mal el negocio pues el impulsor demandó, al mes siguiente, que se le concediera expandir la concesión. Lo recoge el acta de la sesión consistorial de 13 de julio de esta manera: "Con presencia de una instancia de don José María Duque y Pérez solicitando licencia para ampliar el servicio de conducción de viajeros por medio de otro vehículo que se titulará la 'Gran Vía' Ripert n.º 2 y que ha de circular por las calles de la población en que está permitido hacerlo á los demás carruajes. S. E. acordó conceder la licencia solicitada con carácter provisional y bajo las condiciones establecidas, en la concesión del Ripert de la Plaza á la Estación y viceversa, y que la Comisión de Policía urbana estudie y proponga las bases para reglamentar definitivamente el servicio". Se desconoce si este segundo carromato entró en funcionamiento por las rúas carbayonas y, en todo caso, el itinerario utilizado.

Los Riperts fueron sustituidos por tranvías circulando sobre vías con tiro de sangre. La causa pudo ser por implantar unos servicios y tarifas -inferiores a las de los tranvías con raíles, con los que llegaron a competir- que no le permitirían cubrir gastos y por el bajo mantenimiento de los coches, todo lo cual llevó a que el público redujera su utilización.

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