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Atención primaria: las inspecciones

Cuestiones ajenas que restan tiempo a los médicos para las consultas clínicas a pacientes

Como decíamos en nuestro artículo anterior, “el demonio está en los detalles”. Uno de los que hacen difícil nuestro trabajo diario, es la relación con las inspecciones.

Atención primaria: las inspecciones

En los años 40, un ministro de la época instituyó el parte de confirmación, que permitía a los obreros cobrar semanalmente estando de baja. Setenta años después los médicos generales seguíamos dedicando horas a la semana a hacer esos partes en papel, hasta que llego la informática. Este sería un buen ejemplo de cómo funciona nuestra empresa y el respeto por el trabajo de los profesionales.

Atención primaria: las inspecciones

Durante años, la inspección médica nos ha bombardeado con peticiones de información sobre los pacientes de baja, incluyendo frases como “ debe responder antes de 3 días laborables”, e insistentes llamadas telefónicas. Ahora, esos datos se pueden consultar en el historial del paciente, al que la inspección tiene acceso como nosotros, y eso supone una mejoría relativa. No podemos seguir aceptando la relación de becarios de lujo.

Por contra, los compañeros que usan ya el programa que sustituirá al OMI –aplicación informática usada en Primaria– en Asturias, el ECAP, nos cuentan que está siendo una auténtica tortura en la gestión de las bajas. ¿Por qué nunca se consulta con el usuario final el diseño de los programas que nosotros vamos a utilizar? ¿Quién decide incluir pantallas y pantallas con mensajes de colorines a mayor gloria de informáticos e inspectores para poder hacer una baja? ¿Nunca van a cambiar las cosas? ¿Seguiremos dentro de 70 años haciendo lo mismo?

Ni todos los españoles somos defraudadores a Hacienda, ni todo paciente de baja intenta engañar al sistema. Se debería confiar más en la experiencia y profesionalidad del médico de Primaria. A nosotros tampoco nos gusta que nos engañen o abusen. Qué decir del papel de las mutuas patronales controlando las bajas... La supervisión por parte de la inspección debería ejercerse sin sobrecargar innecesariamente nuestro trabajo.

Inspección de Farmacia, más de lo mismo. Se nos pide información a la que se debería acceder de forma remota, u obtenida por el solicitante.

Qué sentido tiene que un paciente con una medicación pautada por su especialista de por vida tenga que renovar anualmente su visado y no pueda retirarlo de la farmacia cuando la inspección lo deniega. O que un anciano incontinente (de por vida) se quede sin sus pañales por el mismo motivo y que seamos nosotros los que tengamos que arreglar el desaguisado pidiendo información a un servicio hospitalario, y un informe actualizado, perdiendo un tiempo importante de nuestro trabajo.

Creemos tener una amplia experiencia en el manejo de medicación, formación y una responsabilidad que debería evitar lo anterior, a pesar de los protocolos y del objetivo de ahorro farmacéutico.

Señores de las inspecciones, ejerzan su función sin interferir nuestro trabajo. Necesitamos ese tiempo para atender clínicamente a los pacientes, no para cubrir papeles. Si necesitan información, hay algo que se llama ordenador: en los historiales clínicos figuran esos datos si quieren saber, por ejemplo, por qué el cardiólogo quiere mantener la anticoagulación en un paciente arrítmico. También existe el Ibercom (lista de teléfonos del sistema), incluso los de las secretarias de las que nosotros obtenemos esos informes que nos piden. Pídanlos ustedes. Y que cada uno haga su trabajo.

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