Un ángel más en el cielo

Andrea Alonso Galán, la joven de Nieda (Cangas de Onís) que dio visibilidad al Sarcoma de Ewing en el Oriente de Asturias

J. M. Carbajal

J. M. Carbajal

Hace apenas unos días, exactamente en el salón de Plenos del Ayuntamiento de Cangas de Onís, con motivo del acto de entrega del dinero recaudado por el Club Cangas de Onís Atletismo en la San Silvestre Solidaria a la Asociación “Todos somos Iván”, conversé unos minutos con Andrea. La vía muy animada, pese a los achaques que sufría en su lucha contra el Sarcoma de Ewing. Además, su sonrisa era contagiosa. Sin duda, un ejemplo de mujer que luchó con firmeza y paso firme ante las adversidades.

Pero, en la mañana de este 8 de febrero, recibo un aviso de un amigo que me comunicaba, aunque con cierto recelo, la muerte de Andrea Alonso Galán. Daba crédito a lo que leía, pues, insisto, fechas atrás, me dio la sensación de que su recuperación marchaba a pasos agigantados y acabaría por ganar esa dura y dificil batalla contra esa enfermedad rara que padecía. Sin embargo, minutos después, su circulo más cercano, más íntimo, me corroboró la triste noticia.

Desde mi modesta opinión, Andrea se convirtió en el fiel reflejo de lo que debe ser una mujer valiente y decidida. Apostó desde el principio por visibilizar su enfermedad y mostró su lado más humano y cercano, siempre apoyada y arropada por sus padres (Lilian y Miguel Ángel) y hermanas. Además, se volcó en recabar fondos para la investigación de ese cáncer infantil y la gente, como no podía ser de otra manera, colaboró dentro de sus posibilidades.

En la reciente San Silvestre Solidaria, dilucidada el 30 de diciembre, en la vieja capital del Reino, Andrea portó su dorsal y tomó parte en la prueba, aunque haría el recorrido caminando. En todo momento su sonrisa estuvo patente, mostrando optimismo. Y si había que ponerse al frente del stand de la Asociación “Todos somos Ivan”, allí estaba de las primeras, junto a un grupo de voluntarias y familiares. Ojalá, todo sirva para seguir investigando e intentar salvar vidas.

Nieda, su pueblo natal, y todo el concejo de Cangas de Onís, entre otros puntos del Oriente asturiano, están muy tristes por tan sensible perdida. Lo mismo que su familia y, por ende, sus amigas y amigos. Nos ha dado un ejemplo de solidaridad y fuerza de voluntad; nos deja en el recuerdo ese tesón que desplegaba,..... Aunque, sin lugar a dudas, la recordaremos por su entereza y esa sonrisa eterna. Un ángel más en el cielo, una estrella que brilla con luz propia, una mujer coraje. Grande, muy grande.

¡Hasta siempre, Andrea!