A favor

Todos tenemos derecho a calidad de trabajo

Laura López Álvarez

Laura López Álvarez

La Atención Primaria ha comenzado un cambio, por fin. Un cambio necesario y anhelado por muchos desde hace mucho tiempo. Dentro del laberinto de nuestra profesión, la de médicos de Atención Primaria, existen diferentes formas de desarrollar nuestro trabajo para el mismo fin: dar asistencia sanitaria a los ciudadanos. Es fácil perderse en conceptos, pero básicamente nos dividimos en médicos titulares de cupo y médicos del Servicio de Atención Continuada (SAC). Hasta ahora, los primeros desarrollábamos nuestro trabajo en horario de mañana con alguna guardia al mes (hasta ahora tardes y noches de lunes a viernes) y los segundos tenían su horario repartido en las tardes y noches de lunes a viernes y asumían todos los fines de semana y festivos.

Antes del cambio, existía la precaria figura de médico de familia eventual o, lo que es lo mismo, médico que tapaba el hueco allá donde fuese necesario. Con la nueva normativa europea que regula el empleo público, ha sido necesario abolir esta forma de trabajo, abusiva e incomprensible.

En Asturias, el número de compañeros médicos en estas condiciones precarias era aproximadamente de 200. A partir de ahora, con la nueva propuesta del Servicio de Salud (Sespa), serán "uno más", la mayoría de ellos se integrarán en los equipos para reforzar las plantillas y otros reforzarán la atención continuada (la que se presta por semana fuera del horario ordinario, de ocho de la mañana a tres de la tarde). Esto, por encima de todo, supone una grandísima mejora para los centros de salud, ya que verán las plantillas cubiertas prácticamente al cien por ciento (esto no pasa desde hace mucho tiempo).

Históricamente, las "carteleras" de todos los grupos médicos han sido muy dispares, sin ser tan distinto el tipo de trabajo realizado, por lo que resultaban difíciles de comprender. Esta organización del trabajo suponía a compañeros del SAC y eventuales carteleras con guardias que incluían unas 200 horas. Su vida personal era difícil de gestionar, puesto que las carteleras, aparte de "llenas", eran "cambiantes", al asumir mayoritariamente las incidencias sobrevenidas.

El acuerdo regula el trabajo de todos ellos, que a mi parecer es el punto más fuerte del mismo, ya que limita a un máximo de horas sus calendarios, aminorando también la cantidad de fines de semana que deben trabajar. De ese modo, facilita la conciliación con su vida personal. Por otro lado, se genera trabajo atractivo para las generaciones que terminan su especialidad y dejarán de huir a otras comunidades. No voy a pararme a valorar otros puntos del acuerdo (grandes logros, por otro lado): mi pretensión aquí es hablar de la calidad del trabajo.

¿El contrapunto para algunos? Los médicos titulares podremos tener que asumir alguna guardia de fin de semana, y "alguna" significa eso: alguna, a criterio de las gerencias. En mi caso particular, ocho días de fin de semana o festivo ¡al año! Aprecio mucho a mi familia, pero no percibo que esa novedad merme especialmente mi calidad de vida.

Y reflexiono: ¿Va a suponer esto un drama sabiendo que de esta forma compañeros con los mismos derechos que yo podrán tener calidad de trabajo y, por tanto, calidad de vida? Para mí, no será un escollo y nos permitirá remar juntos en la búsqueda de más mejoras para nuestro trabajo, ya que todos somos conscientes de que queda mucho por hacer por y para la Atención Primaria, por y para nuestros pacientes

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