El Avilés, de mal en peor, condenado al play-out

Imagen preocupante de los blanquiazules, que caen ante un Ourense lleno de reservas y se jugarán la categoría en una eliminatoria

Di Renzo, del Ourense, gana una disputa de cabeza a Edu Cortina. | Mara Villamuza

Di Renzo, del Ourense, gana una disputa de cabeza a Edu Cortina. | Mara Villamuza / Jorge Valverde

Jorge Valverde

Llovía, igual que el pasado 11 de junio, y el segundo "suarezpuertazo", aunque el de ayer con opciones de enmienda, cayó como toneladas de lápida en el corazón del aficionado blanquiazul. El Real Avilés Industrial, catastrófico y perfecto sintetizador de lo que fue su propuesta a lo largo de la temporada, se derrumbó ante una versión B del Ourense –el líder solo salió con 2 titulares indiscutibles– y, desde ya, se encomienda al ser o no ser de la repesca.

El pasillo de cortesía que se le tributó al campeón en los prolegómenos no tuvo continuidad durante el partido, pero casi. El empate bastaba para no desviar el pensamiento hacia otros campos y al Ourense ni le iba ni le venía, así que cualquiera podría esperar un paripé de esos que terminan coreándose ("¡Que se besen, que se besen!") al estilo de un Alemania – Austria ochenteramente mundialista. Nada de eso se produjo.

La primera parte transcurrió con el Real Avilés más metido en harina, ayudado, además, por la momentánea derrota del Gimnástica Torrelavega, que daba más tranquilidad ante los "porsiacasos". A ello se unían las dos mejores ocasiones de gol, minutos 26 y 42, en botas de Trabanco y Natalio, pero, tras el descanso, las sensaciones pasaron de prometedoras a mosqueantes. El panorama empezaba a ensombrecerse con el empate torrelaveguense en Coruxo, proseguía con la lesión de Edu Cortina, por enésima vez retirado a hombros de los asistentes, y se tambaleaba con el primer gol del Ourense. Las tres circunstancias se concatenaban en 25 minutos. En el instante del trallazo que Brais Penela convertía en el primer gol (minuto 76), la permanencia realavilesina ya estaba seriamente cuestionada. Los dos tantos gallegos surgieron de sendos córneres y en ambos quedaron en evidencia todos los encargados de amparar la portería, forma poco oportuna de homenajear a las madres en el día de la ídem. En el segundo gol, un ex, Cristian Moreno, cabeceaba hacia la red con facilidad pasmosa.

En este tipo de partidos, igual que hace años tenían gran importancia "jugadores como Hertz o Marconi", ahora el protagonismo se lo lleva Berners-Lee, el padre de todas las webs, gracias a cuya invención se sabe al momento qué está pasando por ahí fuera. Y, esta vez, pasó que todos los astros –ojo, y el propio Real Avilés– se alinearon en contra de la afición blanquiazul, que se queda en el limbo tras ver cómo su equipo ha perdido 4 puestos clasificatorios en las dos últimas jornadas. Manolo Sánchez Murias lo asumió en el 12º y lo deja en el 13º.

Ayer, hasta un bombo voló desde la grada al césped y, hoy, todos pendientes de otro, ese malditamente ya conocido, que gira las bolitas en las dependencias federativas.