En corto y por derecho

El gesto políticamente incorrecto (hoy en día) de Pedro de Silva

De cómo las cosas han cambiado y lo peligrosos que serían hoy ciertos hábitos del pasado en público

Arderían las redes sociales (el equivalente en internet al bar para marujear y poner pingando al que toca) y ardería Pedro de Silva de hacer hoy en día lo que hizo antaño, en un ya lejano 1987. Era entonces presidente del Principado y como tal acudió al Descenso Internacional del Sella, en el que también participó en categoría de veteranos en K-2 con Juan Manuel Feliz –actual presidente del Comité del Descenso– como compañero.

Bajo el puente de San Román estaba la meta y allí esperaban una multitud y muchos periodistas, dispuestos a dar cuenta del papel del presidente asturiano como palista. Y allá que llegaron De Silva y Feliz a la meta. ¿Y qué fue lo primero que hizo el jefe del Ejecutivo? Pues pedir un cigarrillo, que ya tocaba. Esas caladas le supieron a gloria al Presidente y "templaron" la hora y pico que la pareja echó de duro paleo por el Sella. Dan fe de tal episodio los dos plumillas de esta casa, todavía hoy activos, que acudieron a cubrir el evento.

Viene este recordatorio por el reconocimiento que la asociación Amigos de Dionisio de la Huerta ha concedido a Pedro de Silva por su apoyo y vinculación con el Descenso. Es inevitable pensar en qué pasaría ahora si el próximo agosto arribase al puente de Arriondas el presidente del Principado de turno –en mayo hay elecciones– y, tras bajarse de la piragua, lo primero que hiciera fuese pedir con ansia un cigarrillo. Ardería este en la hoguera de los gurús de la vida sana y perfecta. Pero es que los políticos ya ni siquiera fuman y, lo que es peor, los que lo hacen se esconden.

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