Investigadora pionera, excelente compañera y gran deportista

Miguel Ángel Álvarez García

Miguel Ángel Álvarez García

Un montón de chicas comenzaron a estudiar Ciencias Biológicas en la Universidad de Oviedo, a finales de la década de los 60. El elemento femenino abundaba en aquella primera promoción de futuros biólogos de la Universidad de Oviedo y, entre aquellas jóvenes, estaba Concepción Pérez García, Mary Conchi. En la residencia universitaria y en la facultad trabó profundas amistades que duraron toda su vida. No le resultaba difícil, era amable, dicharachera y sobre todo una excelente compañera, además de una gran deportista del balonmano femenino de aquella época. Varios licenciados de aquella primera promoción nos incorporamos en esta nueva facultad, consecuencia de la falta de profesorado en aquellos inicios, y comenzamos a desarrollar nuestra carrera investigadora. 

Ese fue el caso de Mary Conchi, que pronto se sumó al equipo de Isabel Moreno, una bióloga marina que vino de la Universidad Complutense. Con su compañera Floren, se embarcaban periódicamente en un remolcador de la entonces Escuela Náutico-Pesquera para recoger y analizar el zooplancton marino de la zona de Gijón, iniciando de esta forma las primeras investigaciones sobre el plancton marino del Cantábrico.

Pero su relación con la fauna marina no se limitó al plancton. Los peces y la pesca también fueron motivos de su interés. Estaba encargada de recoger muestras de los bonitos cantábricos durante la campaña estival y enviarlos al Instituto Español de Oceanografía para monitorizar su población y, al final, echaba un vistazo a todo cuanto pez raro era desembarcado en la rula. 

Dedicó especial atención a los cetáceos recopilando la información sobre los mismos durante más de 30 años, pagando los gastos de su bolsillo durante más de una década, y elaborando los informes de varamientos para el Principado durante otras dos.

De Gijón de toda la vida, enviudó joven. Perdió a su marido en un trágico accidente de montaña, pero siguió adelante con sus tres hijos y un gran esfuerzo. Fue muy querida por su familia, sus compañeros y sus amigos, y siempre tuvo el apoyo de su amiga, colega y comadre Floren. Profesora Titular de Zoología nunca tuvo, ni quiso, cargos académicos, pero era una gran docente, a la que los alumnos siempre otorgaban las mejores valoraciones. Era amable y resultaba fácil trabajar con ella y ponerse de acuerdo en todo aquello que fuera necesario.

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