Campeonas contra los Rubiales

Un referente frente a los prejuicios machistas

Cristina Martín

Cristina Martín

Son campeonas (con A), son poderosas, son un ejemplo, un referente, un torbellino que ha venido para quedarse y para arrancar estereotipos y prejuicios machistas. Hasta se llevan por delante a ese casposo y grimoso espécimen del machirulismo patrio que se agarra los huevos en la tribuna junto a la reina y la infanta, mientras salta (imaginamos que al grito de "unga unga"), y que sujeta la cabeza de una jugadora, de toda una campeona, para plantarle un beso en la boca porque le apetece. Y que carga a otra futbolista sobre su hombro como un cavernícola. Estas mujeres han conseguido un hito que va mucho más allá de lo deportivo: han dado otro sentido a la expresión antes despectiva y ahora llena de orgullo y poderío "jugar como una niña". Han puesto contra las cuerdas a los machillos que todavía no han entendido que las mujeres no pedimos permiso, y menos a esos individuos, para pisar fuerte con botas de fútbol o con las que nos dé la gana, y que lo único que pueden hacer es quitarse de nuestro camino si no quieren que les arrollemos. Han logrado convertirse en ídolos de niños, niñas, chicos, chicas, mujeres y hombres, a quienes inspiran con su fuerza, su valentía, su inteligencia y su tenacidad. Rubiales del mundo, estáis perdidos.

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