Tu ejemplo y huella quedan para siempre

El mayor científico que ha producido Asturias se jubila de forma anticipada de la Universidad

Carlos Suárez Nieto

Carlos Suárez Nieto

Dentro de unos pocos días el mayor científico que haya producido Asturias, pues aunque no nacido aquí ha desarrollado casi la totalidad de su carrera profesional en nuestra tierra, se va a jubilar de su cátedra en la Universidad de forma anticipada. Aunque ya conocía sus intenciones, la noticia me ha causado una profunda desazón, mezcla de tristeza y desmoralización, pues es un signo de la incapacidad de Asturias para aprovechar las oportunidades que pasan ante ella, situación que conduce a la melancolía y a la decadencia.

Según dicen las encuestas de opinión, Asturias y sus habitantes es la región más valorada en el resto de España, pero eso parece solo referirse al ciudadano de a pie, ya que buena parte de sus élites políticas, intelectuales, empresariales y sociales carecen de una mirada de largo alcance, capacidad de autocrítica y sentido de una solidaridad enfocada al progreso. Así, las envidias y la mediocridad son omnipresentes, evitando facilitar la labor de aquellos que se salen de la norma. López-Otín es un ejemplo preclaro de cuanto digo, puesto que en él se conjugan una visionaria capacidad creativa al alcance de muy pocos en el mundo de la ciencia, el talento organizativo para dirigir grupos de trabajo, una inusitada capacidad de comunicación del conocimiento científico a personas de todas las edades y condición, una cultura humanística enciclopédica y, lo que es muy importante en una persona de su categoría, una ilimitada generosidad con los que se acercan a él, ya sean estudiantes y científicos jóvenes o pacientes con enfermedades cuya desconocida causa es necesario investigar.

Es lamentable que esta tierra a la que tanto dio López-Otín haya sido tan parca en reconocimientos

Todas estas cualidades y trayectoria han merecido los premios y distinciones más importantes en España y otros países, así como en organismos científicos internacionales, a la vez que aupado en los rankings científicos al primer lugar de la Biología Molecular en España. Pero no solo eso, sino que también ha dirigido o participado en un gran número de las publicaciones y proyectos científicos más influyentes a nivel mundial de las dos últimas décadas en los campos del cáncer y el envejecimiento. Su insistencia y la mía hicieron ver a los expresidentes Tini Areces y Javier Fernández la necesidad de crear un Instituto de Investigación en Asturias (ISPA) que, una vez logrado, veo con preocupación su rumbo hacia la involución.

Termino ya. Es lamentable contemplar que esta tierra a la que López-Otín tanto dio, no solo haya sido tan parca en reconocimientos (resulta incomprensible que no le hayan concedido el Premio Princesa de Asturias), sino que en los últimos años una resentida y envidiosa minoría anónima dentro de la Universidad haya realizado una destructiva campaña de difamación que no ha sido contrarrestada como debería por la propia Universidad y otros organismos. Te vas Carlos, pero tu ejemplo y huella quedarán para siempre entre nosotros.

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