Agradecimiento a Carlos López Otín, por tanto…

El apoyo de la Academia Asturiana de Ciencia e Ingeniería

Mario Díaz

Mario Díaz

Querido Carlos:

Sabemos que estos días vas a recibir muchos mensajes y muchas cartas de apoyo, y que se te dedicarán un buen número de artículos en distintos medios. Ello es buena prueba del impacto que ha causado el anuncio de tu jubilación.

Esta carta quiere unirse a todas las que recibirás durante largo tiempo, pero centrándose en un pequeño aspecto diferencial. No vamos a descubrir a nadie ni el enorme científico que eres, ni el gran ser humano que habita dentro de ti, ni el beneficio que en tantos aspectos nos ha supuesto compartir contigo esta tierra durante tantos años.

Lo que sí queremos manifestarte, en mayúsculas, es nuestro expreso y profundo agradecimiento por tu inestimable ayuda a la hora de despegar como Academia Asturiana de Ciencia e Ingeniería (AACI). Así, sin que se tratara de ninguna de las patologías para las que eres tan sensible, y para las que siempre has estado dispuesto a escuchar y ayudar, incluso más allá de lo que parece posible a quienes las padecen, la creación reciente de nuestra academia, sí necesitaba de mucha ilusión, confianza, apoyo y, sobre todo, de una experiencia que tú atesorabas en grandes dosis.

Todos somos conscientes de que la admiración que despierta tu figura ha sido la mejor tarjeta de presentación con la que tuvimos la oportunidad de contar para crear esta academia

Tu soporte y tu generosidad incondicionales han sido cruciales e indispensables desde el primer día para que la AACI iniciara su andadura. Además, todos somos conscientes de que el reconocimiento y la admiración que despierta tu figura han sido el aval más visible y la mejor tarjeta de presentación con la que tuvimos la oportunidad de contar para la creación de esta academia.

Sin embargo, no queremos que esta carta con nuestro agradecimiento eterno, pueda sonar a despedida. En nuestro corazón, siempre seguiremos sintiéndote como un compañero y, sobre todo, como un ejemplo de saber científico, de dignidad y de calidad humana. Siempre nos quedará el honor y el orgullo de haber sido beneficiados durante un tiempo muy importante (el de la gestación y los primeros años de vida de la AACI) por tu buen hacer.

La carta quiere unirse a tantas otras que, como hemos dicho, recibirás estos días con un propósito único: que Asturias nunca olvide el privilegio de haber contado contigo y el prestigio que le ha reportado.

¡Un abrazo muy fuerte amigo, compañero, maestro! ¡Cuídate mucho!

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