Sin dormir

Sobre el insomnio y cómo combatirlo: el ejemplo de Marie Darrieussecq

José Martínez Jambrina

José Martínez Jambrina

En el año 2017, los científicos Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young recibieron el Premio Nobel de Medicina por sus descubrimientos sobre los mecanismos que controlan los ritmos circadianos. Su trabajo ha sido clave para saber cómo funciona nuestro reloj biológico interno según las fases del día.

Hace tiempo que se sabe que tenemos oscilaciones a lo largo del día en algunos procesos: son los ritmos circadianos, que se coordinan con nuestro medio ambiente– sobre todo con luz y temperatura– para que el organismo funcione.

Ese "reloj biológico" adapta procesos fisiológicos a las fases del día. Tal vez el ejemplo más importante sea la regulación de los patrones de sueño con el día y la noche pero también se regulan así la alimentación, la temperatura corporal o la presión sanguínea, etc.

Todo este conocimiento suele aglutinarse bajo el nombre de "cronobiología" y es una de las vías de investigación más importantes en las actuales neurociencias. La película "Midsommar" (2019) es un ejemplo extremo de todo esto.

Estamos hablando de los mecanismos moleculares que regulan algo tan importante como el sueño. O sea, de llegar a saber porqué se instaura un insomnio, que suele ser el inicio de descompensaciones en trastornos psiquiátricos, o cuando menos, hace la vida difícil a quienes lo padecen. Una sola noche sin pegar ojo pasa factura en nuestro rendimiento y en nuestro ánimo. Y, sin embargo, poco hemos avanzado en el tratamiento del insomnio. El sueño, el poder dormir, o el insomnio son temas tan importantes que a su alrededor se ha generado una industria que, en Estados Unidos, mueve en torno a 500.000 millones de dólares. Pónganse a repasar los remedios que se ofrecen desde los medios de comunicación de forma constante: desde píldoras infalibles de nombres risueños a cintas de relajación para la cabeza o a mantas con un peso enorme… De todo, hay de todo. Por no hablar de la industria del despertador y sus sonidos. Hay cachivaches increíbles que prometen un sueño reparador, pero curiosamente incluyen entre las normas de uso la retirada del colchón habitual.

Entre los remedios alternativos figura uno que contaba Francisco Umbral y era realzar la importancia de "la oreja de la pareja". Umbral tenía mucha fe en el potencial tanto erógeno como hipnótico, uno antes y otro después, de la citada cacofonía. No daré más detalles, no hay tiempo ni escenario para ello, así que quien quiera saber más al respecto que lea "España como invento", un Umbral desconocido pero rentable.

Bueno, pues como Francisco Umbral, yo he venido hoy aquí a hablar de un libro.

De uno de los libros que más me ha sorprendido en 2023. Es el mejor libro que he leído sobre el insomnio. Se titula "Pas Dormir", o sea, "Sin dormir" y lo publicó Marie Darrieussecq, una de las autoras francesas más interesantes, que se dio a conocer al gran público en el año 1997 con su novela "Marranadas", una de las mejores fábulas que describen el proceso de idiotización social de las sociedades occidentales y que, con reminiscencias kafkianas, se centra en el trato social que recibe el cuerpo femenino. Marie Darrieussecq es una trabajadora infatigable, una exploradora de su intimidad desde sus diarios personales y no publicados que escribe con constancia obsesiva. Tiene formación psicoanalítica y es una gran lectora, lo cual le da un solvente fondo de armario para sus obras que reflejan una competencia y una meticulosidad muy difícil de encontrar en la relajada y meliflua producción literaria actual.

Me interesé por Marie Darrieussecq y su libro "Pas dormir" desde el momento en que supe que era un libro autobiográfico y que además era de verdad lo que allí contaba y que era ni más ni menos los veinte años veinte, que llevaba sin dormir. Su libro no ha sido traducido aún al castellano, pero sí al inglés: "Sleepless". Fue leer ese tratado de ese insomnio cruel y no dejar de darle vueltas. No me creía que pudiera existir un ser humano que aguantase ese ritmo. Porque Marie ha hecho de la necesidad virtud y muchos insomnios los aprovecha como otros escritores (Kafka, Borges, Proust, etc) para escribir. Pero no es el caso. Tanto me interesó que hice todo lo posible por conocer a la autora, que suele veranear en Biarritz de donde es originaria. O sea, que habla castellano con fluidez. Y así supe en sus propias palabras de la especificidad del caso: Marie no duerme desde que nació su primer hijo. Hace 21 años ahora. La cuestión es que Marie nació con su útero deformado porque su madre recibió tratamiento con dietilestilbestrol mientras gestaba a Marie. El DEB tiene potencial teratógeno y Marie nació con un útero deforme. Así, el embarazo de su primer hijo fue de alto riesgo y Marie lo pasó muy mal. Pero llegó a término. El niño se recuperó bien. Pero desde entonces Marie Darrieussecq ya no ha vuelto a dormir. Reconoce dormitar una hora o noventa minutos de vez en cuando. Pero raramente. Este el relato fáctico. Esto es lo que hubo y lo que hay.

Marie, amable y atenta, busca desde su cansancio un remedio que la permita caer desfallecida en un colchón y no despertarse en varios días. Pero nada ha sido efectivo. Y lo ha probado todo. Y en todos los lugares del mundo, porque viaja mucho. Todo esto lo cuenta acompañado de frecuentes notas, estilo Montaigne. Porque se ha leído todo sobre el insomnio y a todos los escritores insomnes.

"Escondido en nuestros áticos, agachado bajo nuestros colchones, deslizándose entre las vigas del tiempo, ¿de dónde viene el insomnio? ¿De fantasmas? ¿Del cerebro? ¿De un alma atribulada? ¿Desde el mundo?" "Ay, insomnio mío, ¿qué plan estás siguiendo? ¿Necesitamos ordenar esta enorme agitación de fantasmas? "¿Cómo puedes querer algo que debería darse por sentado?"

Cuando nos despedimos, Marie reabrió el libro que estaba leyendo aquella tarde: los cuentos de Anton Chejov. Yo volví a la calle parisina donde lloviznaba. Y comencé a balbucear el himno de REM: "Losing my religion": "That was just a dream. Just a dream, Just a dream, dream…".

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