Barbón, Rueda y las bolinas

El Principado irrumpió ayer con fuerza en la marejada política de las bolinas del "Toconao" al convertirse en la primera autonomía en solicitar ayuda para limpiar las playas al departamento verde de Teresa Ribera. Lo hizo apenas dos horas antes de que Pilar Alegría saliera a rueda de prensa en La Moncloa tras un Consejo de Ministros que se presupone fue intenso (quién sabe si también tenso) por el rechazo de Carles Puigdemont a respaldar los primeros decretos de peso de la legislatura. Y, casualidades de la vida, la portavoz de Pedro Sánchez alabó a Asturias en contraposición a Galicia, que todavía no había pedido auxilio a Madrid en ese momento. El plástico (el de las urnas) se convirtió en el protagonista indiscutible de la jornada a ojos de algunos perspicaces observadores.

Porque la secuencia, cronológicamente irrefutable, parece dar la razón a los que han empezado a ligar el debate público en torno a la marea de pellets con las elecciones galaicas, como si alguien deseara con todas sus fuerzas un remember blanco del negro episodio del "Prestige". Que para unos, el vertido sea motivo de máxima alerta y, para otros, un asunto menor, abonaría esta teoría. Lo mejor en estos casos suele ser escuchar a los expertos. Aunque ya se sabe que, en cualquier precampaña que se precie, las liebres corren por el mar y por el monte, las sardinas. Adrián Barbón habló ya de noche en una entrevista radiofónica sobre el asunto sin citar a Alfonso Rueda. Por ahora, los gobiernos gallego y asturiano no se tocan (directamente) las bolinas.

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