Galicia y cierra España

Fatídico fin de semana para el PSG sea en París o en Galicia: abandona el Parque de los Príncipes el infante Mbappé y a los socialistas gallegos les han colado una goleada por la escuadra. En ambos casos, político y futbolero, la mirada está puesta en Madrid, en Florentino Pérez y en Pedro Sánchez, la cara y la cruz, el haz y el envés. El presidente del Gobierno empieza a ser consciente del coste territorial de haber subordinado sus siglas a las apetencias de los nacionalismos. El PSOE es rehén de sus acuerdos y lo empieza a pagar en las urnas. Ocurre que al aparato de Ferraz se la suda sacrificar peones con tal de mantener protegida a la reina en su castillo de naipes de cartas marcadas.

Los comicios gallegos los ganó el PP y los perdió el Gobierno de la nación. El PSOE sales del 18-F con su representación por los suelos y queda como la bayeta del BNG, estandarte de la izquierda en una región donde no hay ni PNV ni Junts, o sea independentistas de derechas. A la otra pata del Ejecutivo central, Sumar, no le alcanza ni para calentar un mísero escaño en el Pazo do Hórreo compostelano. El principio del fin de Yolanda Díaz se asoma en esta inesperada despedida a la gallega. Hasta Vox sumó más votos que el partido de la resta. Y qué decir de Podemos, el partido de los gozos y las sombras. Gozo por la derrota de su peor mejor amiga y sombras porque no logró superar en apoyos ni siquiera a Pacma. ¡Animalitos!

Los que auguraban un plebiscito sobre el liderazgo de Feijóo habrán de reconocer ahora que el gallego ha salido vencedor de las urnas sin presentarse. Y que a quien dejó a recaudo el granero le ha hecho un buen servicio a la patria. “¡Galicia y cierra España!” se antoja el nuevo grito de guerra de las huestes de Génova en el tortuoso camino de la reconquista, con el líder nacional de los populares en el papel estelar del Capitán Trueno. Vayan volteando el botafumeiro, que se avecina año santo.

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