Opinión

¡Vaya un motivo de orgullo!

Contra la ley de amnistía

Pedro Sánchez y Carles Puigdemont en una foto de archivo.

Pedro Sánchez y Carles Puigdemont en una foto de archivo. / LNE

El expresidente del Principado Juan Luis Rodríguez-Vigil, socialista, muestra en un artículo remitido a LA NUEVA ESPAÑA su total discrepancia con la Ley de Amnistía impulsada por el gobierno de Pedro Sánchez. Rodríguez-Vigil fue presidente del Principado entre 1991 y 1993, pero con anterioridad fue consejero de Sanidad entre 1982 y 1991. A Rodríguez-Vigil, referente en cuestiones de Sanidad para el Ejecutivo del socialista Adrián Barbón, no le duelen prendas a la hora de alzar la voz cuando discrepa. Ya lo hizo cuando el Gobierno del Principado se mostraba favorable a una reforma del Estatuto de Autonomía para hacer oficial el asturiano. Aquella reforma terminó aparcada al no contar con la mayoría parlamentaria necesaria.

En la dilatada historia del Partido Socialista Obrero Español, no nos engañemos los socialistas, ni engañemos a los ciudadanos, abundan los claroscuros. Y para recordar todo eso, lo bueno, lo regular, lo malo y hasta lo muy malo también sirve la memoria histórica, que no solo juega para el franquismo como algunos creen. Y buena falta hace a estas alturas una historia verdadera y puntual de la evolución ideológica y política del PSOE.

Al lado de episodios muy positivos y aciertos notables que han beneficiado, y mucho, a los españoles, aparecen errores y decisiones infaustas.

Como mérito especial del partido socialista a lo largo de su historia habría que decir que ni siquiera en los peores momentos de su periplo dejó de tener como principal valor la idea de igualdad entre los españoles, algo que George Orwell señaló con acierto y con precisión.

La idea de igualdad de todos los españoles que estuvo tan arraigada en la historia del PSOE se ha perdido y pervertido, como lo prueba esta inaudita amnistía

Pero eso ha sido hasta hace muy poco, porque ahora la idea de igualdad de todos los españoles que estuvo tan arraigada en la historia del PSOE se ha perdido y pervertido, como lo prueba el entramado de esta, cuanto menos, inaudita amnistía, y las múltiples prebendas y privilegios de todo tipo que a cambio de sus siete votos se quieren conceder a Puigdemont y demás delincuentes, comparsas y muñidores del fallido golpe de estado que se pretendió ejecutar mediante el llamado procés, con el que se pretendía ni más ni menos que acabar con el Estado democrático español y con su Constitución rompiendo la unidad del país, amén de cometer todo tipo de malversaciones y tropelías, algunas dentro del terrorismo llamado piadosamente de baja intensidad porque no hubo muertos de puro milagro.

La mejor política del PSOE se produjo cuando, teniendo política propia y autónoma, el socialismo fue intérprete certero de la voluntad de los ciudadanos que querían paz y reconciliación, intentando vertebrar España de forma armónica, equitativa y solidaria dentro de la variedad que es connatural a la península ibérica, abanderando la marcha hacia Europa, el progreso económico y la consolidación democrática que solo es posible si en el marco de la monarquía constitucional resulta real y factible la "per se" regenerativa alternancia democrática en el poder.

Como viejo socialista me preocupa el daño enorme y la vergüenza que esta operación va a causar al PSOE durante años y años en los que no sé si el partido levantará cabeza

Eso era algo que predicaba el PSOE siendo secretarios generales del partido Felipe González, Joaquín Almunia, Borrell y Alfredo Pérez Rubalcaba dentro de una estructura organizativa partidaria que impedía el surgimiento de hombre providencial alguno como el retratado por Antonio Scurati y que, por supuesto, también impedía el pacto con los partidarios de destruir el vigente sistema constitucional.

Desde entonces mucho ha cambiado el PSOE.

De su política ha desaparecido la voluntad de ser la fuerza política vertebradora de España y con ello las ideas y políticas de solidaridad y de equidad que son imprescindibles a tal fin.

También se ha esfumado la pretensión de tener proyecto político propio y autónomo, hasta tal punto que ya no parece que exista mayor inconveniente en acordar la gobernación del país con quienes pretenden y predican a voz en grito la destrucción del actual marco constitucional.

Dentro de este nuevo juego político se enmarca, creo yo, la Ley de amnistía, que contrariamente al "dictum" de Bolaños puede ser cualquier cosa menos motivo de orgullo, salvo para quienes han hecho práctica habitual del comulgar a diario con ruedas de molino y del decir que es verdad hoy lo que ayer dijeron que era mentira.

Si esta Ley es o no constitucional no lo va determinar el criterio de ministro alguno, por mucho que se desgañite.

La mayor y más autorizada parte de los grandes juristas españoles que, con diversos matices, a veces muy relevantes, se han pronunciado sobre este asunto es contraria a la tal constitucionalidad, al menos en la última versión que han incorporado Santos Cerdán, Boye y Zapatero, que solo defienden outsider jurídicos de ínfimo prestigio académico, como Pérez Royo y cía.

Es una descarada tapadera de corruptelas catalanas al por mayor que, además, no va a servir de nada en orden a la mejora de la convivencia en Cataluña

Pero bueno, jueces habrá en España y en Europa que determinen esa constitucionalidad o inconstitucionalidad, y me imagino que hasta ese momento el camino judicial de esta norma, si llega a salir, va a ser muy complicado.

En todo caso, a mí, personal y políticamente como viejo socialista me preocupa la inoportunidad por falta de equidad de esta ley y, por supuesto, el daño enorme y la vergüenza que esta operación va a causar al PSOE durante años y años en los que no se sí el partido levantará cabeza cuando ya no haya ningún hijo de la providencia a su frente, porque esta ley es de suyo un factor de absoluta desigualdad entre españoles y de creación de un estado de inseguridad jurídica total, amén de una descarada tapadera de corruptelas catalanas al por mayor que, además, no va a servir de nada en orden a la mejora de la convivencia en Cataluña, cosa que sí podrían hacer unos indultos, previos los correspondientes juicios, condenas y arrepentimientos.

De hecho, ya veremos qué pasa con las próximas elecciones, incluidas las catalanas, porque la gente no es boba y pensar que todo se olvida en un periquete, es solo eso, un pensar, creo que con escaso fundamento.

Que le vaya bien o mal al socialismo importa muy poco a quienes va a beneficiar la Ley, porque ellos solo buscan su interés, que no es el del resto de los españoles. De hecho ya dicen a voz en grito que lo que van a hacer inmediatamente después de ser amnistiados es volver a las andadas y presionar chantajeando a su estilo para convocar un referéndum de autodeterminación, que ahora ya no tendrá castigo posible….

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