Opinión

Desde Teifaros, en Navia, al Polyforum en México

El abandonado Instituto Laboral creado por el naviego emigrante en México Manuel Suárez

A finales del siglo diecinueve y principios del veinte, los asturianos prepararon sus maletas, de madera atadas con sogas, y tomaron el barco en Vigo, La Coruña o Bilbao rumbo al nuevo continente en busca de una oportunidad para salir de la precariedad y alcanzar para la subsistencia de aquellas familias numerosas en nuestras aldeas. Se marchaban los mayores y a medida que se situaban, llamaban a los hermanos, primos, parientes o vecinos y así se fueron superando aquellos momentos difíciles de la miseria y de las posguerras.

Muchos de aquellos emigrantes hicieron fortuna y decidieron compartirla con el resto de familiares y vecinos que no habían podido emigrar, aportando para escuelas, lavaderos, hospitales o creando fundaciones para la enseñanza, conscientes que una buena educación era fundamental para salir del ostracismo..

Una de estas Fundaciones era la de Manuel Suárez, en Navia. Fue la base del Instituto Laboral, agrícola y ganadero, por el que pasaron varias generaciones de toda la comarca. Con la creación de este instituto se vieron cumplidos algunos de los sueños de su benefactor y los alumnos, que por aquí pasaron, recuerdan aquellos años con cierta nostalgia. Al final las políticas de educación con sus continuos cambios de programas dieron al traste con estos institutos laborales que fueron de vital importancia para el desarrollo de esta región. Ahora, este instituto, con sus magníficas instalaciones, lleva cerrado una treintena de años, como muestra de nuestra indolencia y malas políticas; que bien venía ahora la recuperación de este centro como motor dinamizador de nuevas tecnologías.

En mi primer viaje a Méjico, en el año 1970, llevaba la ilusión de visitar el Museo Nacional de Antropología para conocer las culturas mayas, aztecas; sus pirámides y la obra de los grandes muralistas como eran Orozco, Rivera, Tamayo o Siqueiros, herederos de un gran orgullo y grandeza; una vez allí me vi gratamente sorprendido por una obra monumental que se inauguraría al año siguiente, y cuyo mecenas era, el asturiano naviego Manuel Suárez, nacido en Teifaros. Se trataba del Polyforum "Siqueiros" que alberga el gran mural "La Marcha de la Humanidad", obra suprema de Siqueiros y Manuel Suárez era el mismo de la Fundación que dio vida al Instituto agrícola y ganadero de Navia viendo así cumplido uno de sus sueños en el mundo de la cultura y la enseñanza. Manuel Suárez fue algo mas que un indiano de chalet con palmera y "haiga".

Manuel Suárez fue uno de los muchos emigrantes asturianos quien de la mano de su hermano Joaquín, que le financió el viaje, llegaba a México en la primavera de 1911, con sus quince años recién cumplidos. Protegido y ayudado por su hermano, a base de trabajo y superando todas las dificultades de aquellos convulsos años, Manuel Suárez llegó a tener una gran fortuna y en medio de sus sueños de emigrante nunca abandonó el deseo de aportar a su tierra una fundación para la creación de un instituto laboral, agrícola y ganadero que se inauguró en el 1958, con el fin de suplir algunas de las necesidades que habían motivado, en su niñez, la necesidad de emigrar, para superar las penurias de aquellos tiempos.

Es un dolor ver abandonado todo ese espacio que ejerció una gran labor en la educación de la comarca; nuevamente estamos viviendo unos tiempos tristes de desprecio hacia el esfuerzo de aquellos que decían "no quiero que mis hijos pasen por lo que pasé yo", yendo hacia la cultura del mantenimiento y el desprecio hacia el esfuerzo, esperemos que aun estemos a tiempo. Manuel Suárez era un emigrante que soñaba con Asturias, sin tener en cuenta que Asturias, desde fuera se sueña… dentro, se padece.

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