Opinión | Editorial

Una inyección de optimismo para revitalizar la economía

Una inyección de optimismo para revitalizar la economía

Una inyección de optimismo para revitalizar la economía / LNE

Cuando las administraciones son eficientes en su gestión y sensibles a las empresas, se consiguen hitos como el de Amazon, no solo por los 300 millones de euros desembolsados sino también por el significado de esa compañía en el panorama actual. Cuando los responsables de El Musel salen a vender las bondades del puerto, arrastrados por la caída brutal de tráficos que comporta la descarbonización, surgen iniciativas con posibilidades de superar los 1.000 millones de inversión, como la planta de baterías. Lástima que hayan tenido que pasar diez años desde la ampliación para moverse.

Era un 30 de noviembre de 1989 y el ministro de Industria de entonces tardó más de una hora en localizar al presidente del Principado para trasladarle una gran noticia. La mayor sociedad química del mundo, la estadounidense Du Pont, había decidido instalarse en Asturias. El jefe del Ejecutivo regional no podía ponerse al teléfono porque estaba inaugurando uno de los hipermercados más emblemáticos de Gijón, en los inicios de la gran expansión nacional del consumo. "Se ha abierto una brecha en el muro que impedía las inversiones extranjeras", sentenció por fin tras conocer la feliz decisión.

La llegada de Du Pont constituyó un paso decisivo para la modernización y la reestructuración de un tejido productivo secuestrado por consorcios públicos declinantes, obsoletos e inviables. Tuvo ciertamente un carácter simbólico y marcó el punto de inflexión. Los asturianos tomaron conciencia de que la regeneración era posible y de que el Principado, que ganó en la batalla a Irlanda, podía tratar de tú a tú y sin complejos a cualquier otro lugar para alojar fábricas punteras.

El centro logístico que Amazon va a poner en marcha en Siero en septiembre, a pesar de las dificultades e incertidumbres de estos años, y la fábrica de baterías que quiere ocupar 445 hectáreas en El Musel son, salvando las distancias, el equivalente a lo que en su momento representó el polo químico de Tamón: un revulsivo y una inyección de optimismo, en una comunidad necesitada de realidades positivas para dar un vuelco a los indicadores. Curiosamente, el sector fabril y el de servicios otra vez de la mano, como cuando el anuncio de Du Pont.

En su tarjeta para presentarse al exterior, Siero ya se publicita como el municipio donde el gigante del comercio electrónico levantó una sede. La referencia identificativa funciona porque la elección dice mucho por sí misma. Una empresa de esas dimensiones y liderazgo no se implanta al albur. Este caso demuestra, y otros como el de la fábrica láctea de Salas, que cuando los políticos y las administraciones trabajan alineados, los problemas y los expedientes avanzan a la velocidad adecuada. Lo siguiente: aprovechar el efecto tractor para agotar las parcelas del polígono de Bobes.

El plan de Ionway, sociedad del grupo Volkswagen y Umicore, para producir componentes de baterías se halla en plazo de alegaciones y supone casi llenar el superpuerto. Resta ahora, para colocar la guinda al pastel, imprimir el impulso definitivo a la Zalia y conectar este entramado con el sistema de transportes. Retrocesos de décadas como el de esta semana con el vial de Jove, fundamental para comunicar El Musel, suponen una burla a los asturianos del ministro del ramo, al que, incluso antes de hacerse público el revés, había reprobado la Junta.

Asturias abraza de lleno con ambos desembarcos, y con la conversión al hidrógeno que prevé ejecutar EDP en sus instalaciones de Aboño y Soto de Ribera, las tendencias dominantes de la nueva economía y la época de la reindustrialización limpia. Ahora las mayores dudas las siembra Arcelor, además de alguna otra empresa relevante en dificultades. La decisión de parar un horno alto en Gijón se posterga a junio. La planta DRI que permitiría conservar el carácter integral de la siderurgia asturiana, aunque en suspenso, todavía no ha sido descartada.

Soplan leves vientos de cola. Repuntan tímidamente los pedidos siderúrgicos en automóvil, chapa y raíl. Suben las exportaciones. Recobra tono, según los institutos de estudios, la actividad. A Du Pont la sedujo de Asturias su red de comunicaciones, su base fabril y la mano de obra cualificada. Todos los puntos fuertes desde aquel día han quedado reforzados. El futuro no está escrito, pero síntomas así ayudan a encauzarlo. Que esta semana sea solo el inicio de otras muchas con anuncios igual de ilusionantes.