Opinión

Más sobre el vial de Jove

Si el proyecto tiene errores, justificaría su corrección, no su anulación

Según distintas fuentes, mueren prematuramente en España por causa de la contaminación, alrededor de treinta mil personas al año. Son el doble de las que se producían hace veinte años, suponen cerca del 10% de las muertes totales y veinticinco veces más que las muertes en accidentes de tráfico. Son muertos que han tenido mala suerte hasta para morirse, son muertos anónimos, de los que nadie habla. Sabemos, con nombres y apellidos, cuántos muertos han dejado ETA y el 11M, cuántos han muerto en las residencias de Madrid y cuántos podían haberse salvado, pero ignoramos que ese familiar, amigo o vecino que echamos en falta, ha muerto por respirar veneno.

El vial en superficie que ofrece el ministerio para Jove, se limita a cambiar la contaminación de sitio, a trasladarla algo más al sur, lo que no evitará los riesgos para la salud que sufren en la zona oeste. El vial, siendo similar al que figuraba en el plan del 86, tiene poco que ver con aquel, las circunstancias y su entorno, han sufrido grandes cambios. En el 86 el vial transcurría sobre fincas rústicas hoy urbanizadas, El Musel era más reducido y no existía la Zalia. La pretensión de convertir aquel vial en autovía produjo un rechazo vecinal que hoy vuelve a ser necesario.

Barbón, que en una postura cómoda, que no pasa de un "veremos", anuncia que se alineará con lo que haga el Ayuntamiento de Gijón, exculpa al ministro actual, alegando que lleva poco tiempo en el cargo. Si el ministro hubiera cogido el toro por los cuernos y hubiera puesto motu proprio sobre la mesa, las complicaciones surgidas, sería más creíble. Que un día se hable de una prórroga para la licitación, y días después el segundo del ministerio comunique la anulación de todo lo actuado, mientras el ministro se excusa por motivos de agenda, siembra muchas dudas.

Si el coste del proyecto es el motivo del descarte, el Ministro sí sería responsable. Que el proyecto tuviera errores, justificaría su corrección, no su anulación. Hoy, rechazar cualquier obra por cuestiones técnicas no es de recibo. En Gijón se hizo un túnel más largo y complicado sin problemas insalvables. Decir que sobre el falso túnel de Jove no se puede construir un bulevar porque no soportaría su peso, cuando hay viaductos que soportan autovías, suena a disculpa.

El BEI considera excesivos los costes de ejecución y mantenimiento. No tiene en cuenta el coste que supone atender los daños en las personas, por la contaminación que no evita el vial en superficie. Se puede cuantificar el coste de la atención médica a los vecinos que sufren enfermedades debido a la contaminación, y seguro que compensan el mayor importe del túnel y su mantenimiento. Lo que no se puede cuantificar porque no tiene precio, es la vida o la muerte prematura, de los vecinos de una zona envenenada.

Ni Ministerio ni BEI entienden que para Gijón, evitar la contaminación de la zona oeste es más importante que facilitar el acceso al puerto. El vial soterrado es irrenunciable, solo hay que decidir por donde se hace, y hacerlo ya.

Suscríbete para seguir leyendo