Aseguran los entendidos en la materia que la circunscripción del Oriente va a ser decisiva en los comicios del próximo mes de mayo al decidir quién ganará las mismas. Ese dato, siempre según las encuestas, parece poner nerviosos a las grandes formaciones políticas asturianas y, especialmente, a aquellos diputados con aspiraciones de volver a sentarse con sus respectivas actas en los sillones de la Junta General del Principado de Asturias. La inminente cita con las urnas para las municipales y autonómicas prometen, ¡vaya si prometen!

No hace mucho tiempo el que suscribe ya exponía su punto de vista sobre la actuación de la Consejería de Medio Ambiente en materia de pesca fluvial a raíz del creciente descontento en la comarca por la normativa que se preveía para la temporada del estrenado 2007. Los dirigentes del PSOE, visto el panorama contestatario que se avecinaba en las riberas del Sella y del Cares, tuvieron que dar «marcha atrás» en sus pretensiones para tratar de contentar a gran parte del gremio de pescadores. Ése fue el primer paso dado por los socialistas en previsión de cualquier conato de descontento entre sus militantes de la zona, pues el quinto diputado autonómico por el Oriente comenzaba a estar en juego.

En realidad aún no ha dado inicio oficialmente la precampaña para las elecciones de este 2007, pero ya se comienzan a mover fichas en clara clave electoralista. Me parece que ésta será una de las campañas más duras de las últimas décadas, sobremanera en los concejos de Llanes, Cangas de Onís y Ribadesella, los tres feudos por excelencia de la comarca oriental. En los tres rigen sus respectivos destinos auténticos «pesos pesados» de la política asturiana -Álvarez Campillo, García Álvarez y Miranda Reigada-, quienes buscarán su reelección para otro nuevo mandato. Son las tres «perlas» apetitosas para cualquier Ejecutivo regional que se tercie, por lo que la riña estará más que asegurada en esos lares del oriente astur.

Uno de los primeros desencadenantes de la «batalla» electoral es, en el caso concreto del feudo llanisco, la vinculación familiar entre la actual regidora del concejo y una empresa dedicada a la venta de piedra caliza, asentada esta última en la localidad de Meré. La oposición popular tratará de «sacar punta» a la contratación del suministro del material destinado a la villa de Llanes, pese a que los tribunales de Justicia serán los encargados de sentenciar si hubo actuación irregular alguna en ese proceso. Con ello, y a tenor de lo que dictaminen los jueces encargados del asunto, se abrirá un peligroso debate ciudadano que promete en muchos de los ayuntamientos del Oriente.

Tan sólo voy a exponer ejemplos muy directos en lo concerniente a presuntas vinculaciones entre actividades públicas y privadas: ¿puede un abogado «consistorial» ejercer su labor en un Ayuntamiento y disponer al mismo tiempo de bufete con mando en plaza? ¿Es ético trabajar en una oficina técnica municipal y simultanear esa labor con otras tareas de índole particular en el mismo sector de la construcción? ¿Está bien visto que familiares directos de alcaldes o concejales presten sus servicios a los ayuntamientos que ellos controlan? ¿Resulta acertado que un funcionario municipal compatibilice su tarea con otras vinculadas al sector turístico? Y un sinfín de interrogantes pendientes. El «melón» entre moral ciudadana y legalidad vigente puede poner en entredicho la venidera campaña electoral, mucho más dura que las anteriores, sobremanera cuando podría afectar de lleno a alguno -que no a todos- de los mandamases de la comarca oriental.