El litoral asturiano está acantilado en su 80 por ciento. En términos de macrorrelieve es rico y diverso, con acantilados altos y bajos, de sustratos blandos y duros; de naturaleza silícea y calcárea, etcétera. A pequeña escala, los bufones son su broche de oro.

El programa CORINE/BIOTOPE 1989:2.2 diferencia los acantilados y costas rocosas en: acantilados desnudos, como aquellos desprovistos de vegetación vascular pero habitados por comunidades de invertebrados, algas y líquenes, y acantilados y costas rocosas vegetadas que están cubiertos por tapices dispersos de casmófitos aerohalinos o por praderas aerohalinas más o menos cerradas.

El documento «Interpretation Manual of European Union Habitats» de 1999 describe en el hábitat «Acantilados con vegetación de las costas atlánticas y bálticas» (código NATURA 2000: 1230) que «los acantilados con vegetación exhiben un complejo modelo de variación que refleja el grado de exposición marina... hay una zonación desde comunidades de hendiduras y de repisas de las pendientes escarpadas cerca del mar (Crithmo-Armerietalia Géhu 1964) hasta las praderas marítimas cerradas sobre las pendientes de las laderas altas del acantilado, zonas altas y repisas del acantilado donde hay acumulaciones más profundas de suelo» («Silenion maritimae Malloch» 1973).

La presencia de plantas en un lugar no es caprichosa y se encuentra limitada tanto por las condiciones locales como, por supuesto, la actividad humana. Aquí, además, impera el condicionante impuesto por la salinidad del mar, de elevado efecto herbicida. Dependientes de la sal, en el suelo o sobre sus hojas, las plantas del acantilado pueden ser consideradas altamente tolerantes, tolerantes o no tolerantes. En el primer grupo se incluyen Armeria maritima, Plantago maritima, Crithmum maritimum, Inula crithmoides y Silene maritima. Al segundo grupo pertenece Festuca rubra subespecie. pruinosa. El tercer grupo incluye la mayoría de las plantas vasculares. Expresando el hecho de forma apurada y simplista, hay pocas especies especializadas a la sal y muchas generalistas «continentales». Unas pocas especies ya gozan de rango de protección y podrían ser vertidos argumentos suficientes para que se amparase legalmente varias más, pero eso es algo que no pretende este escrito.

La característica más sobresaliente del acantilado radica no tanto en la flora como en la disposición de las agrupaciones de plantas sobre él. Aquí, todas las comunidades presentes son altamente especializadas. Empezando desde el mar, la exposición directa al agua marina en las áreas afectadas por las olas impide la implantación de vegetación de manera que se aprecia una primera banda o franja de acantilado desprovista de vegetación. Las salpicaduras de agua de mar, impulsadas ocasionalmente por encima de la franja anterior, determinan la existencia de otra banda (la primera con vegetación), de escasa cobertura, en la que medran las plantas más tolerantes a la salinidad formando las comunidades halocasmofíticas. El efecto del viento hace que la sal sea transportada algo más lejos, en forma de aerosol, y determina la aparición de más franjas de vegetación: la más afectada está formada por praderas densas aerohalófilas y; la menos, por matorrales aerohalófilos, habitualmente dominados por tojos. La continuidad del sistema es rota por los bufones, que permiten la llegada de salpicaduras a lugares que están más alejados de lo «normal» del mar. Con todo, los bufones no sólo modifican la regularidad en la distribución de las franjas sino que son lugares en los que se desarrolla un tipo de vegetación especial: la asociación Crithmo-Frankenietum cuyo inventario tipo (holotipo) ha sido descrito para la ciencia en un bufón asturiano. Por último, indicar que puede haber más franjas... pero no vienen al caso que nos ocupa.

En Pría, la banda halocasmofítica corresponde a la asociación Crithmo maritimi-Limonietum binervosi (Crithmo-Armerion maritimae, Crithmo-Armerietalia, Juncetea maritimi). Es la primera cintura de los acantilados constituidos por rocas calcáreas duras y se caracteriza por el dominio de Armeria pubigera depilata, Limonium binervosum y Crithmum maritimum. Son comunidades herbáceas poco densas que medran en las fisuras y pequeñas grietas de las rocas situadas inmediatamente por encima del horizonte supramareal. Aparecen desde el centro de Asturias a la cuenca del Adour (Francia).

A continuación crecen las praderas halófilas de la asociación Leucanthemo crassifolii-Festucetum pruinosae (Crithmo-Armerion). Son céspedes densos de Festuca pruinosa con Anthyllis iberica y Rumex biformis que constituyen la segunda cintura de vegetación. Se las encuentra desde el centro de Asturias hasta el País Vasco Francés.

En el entorno de los bufones viven las praderas halófilas de la asociación Crithmo maritimi-Frankenietum laevis (Limonio ovalifolii-Frankenion laevis, Glauco-Puccinelletalia, Juncetea maritimi). Son comunidades herbáceas de cobertura prácticamente total que se sitúan en la parte superior de los acantilados de calizas duras, sobre suelos ricos en arenas, especialmente en los bordes de los bufones. Destacan Frankenia laevis e Inula crithmoides. Están en Asturias. Es tan rara que, unido al pisoteo que sufre, su conservación está en grave peligro.

Por último, la banda más alejada del mar está constituida por matorrales aerohalófilos de la asociación Ulici humilis-Ericetum vagantis (Dactylido maritimae-Ulicion maritimi, Ulicetalia minoris, Calluno-Ulicetea). Son comunidades de brezal tojal halófilo que forman la tercera banda de vegetación típica de los acantilados de sustratos de neutros a básicos. Tiene elevada cobertura, porte alto y relativa riqueza de especies. Destacan Ulex gallii, Erica vagans y Lithodora diffusa además de Brachypodium rupestre, Serratula tinctoria y Daucus gummifer. Se distribuyen a lo largo del Cantábrico oriental. Son relativamente poco frecuentes al haber sido históricamente trasformadas a pastizal y, además, las pocas que quedan tienen problemas de conservación debido a la implantación de pistas y sendas.

Las cuatro comunidades descritas están presentes en el entorno de los bufones de Pría y están, a su vez, incluidas en los hábitats naturales de interés comunitario europeos. La directiva 92/43/CEE entiende como tales a los que: i) se encuentran amenazados de desaparición ... o bien ii) presentan un área de distribución natural reducida a causa de su regresión... o bien iii) constituyen ejemplos representativos de características típicas de una o de varias de las seis regiones biogeográficas... Son tipos de hábitats naturales prioritarios aquellos hábitats naturales amenazados de desaparición presentes en el territorio cuya conservación supone una especial responsabilidad para la comunidad habida cuenta de la importancia de la proporción de su área de distribución natural incluida en él.

Los hábitats de interés comunitario representados en los acantilados de Pría son el 1230 acantilados marinos con vegetación de las costas atlánticas y bálticas y; el 4040 * (* indica que es prioritario) brezales costeros atlánticos secos con Erica vagans.

Las asociaciones Crithmo-Limonietum, Leucanthemo-Festucetum y Crithmo-Frankenietum del acantilado de Pría están incluidas en el hábitat 1230 y, por tanto, gozan de la consideración de interés comunitario. Los matorrales aerohalófilos de la asociación Ulici-Ericetum de Pría están incluidos en el hábitat 4040* y son hábitat prioritario de interés comunitario.

Todos los descritos están degradados en el entorno de los Bufones de Pría. «Sólo» el Crithmo-Limonietum está «poco» degradado ya que su sinecología se reduce a las fisuras y pequeñas grietas de las rocas, allí donde el pisoteo es harto difícil. El resto están extraordinariamente degradados: los pastizales del Leucanthemo-Festucetum están prácticamente eliminados por el pisoteo ya que se desarrollan en los lugares más cómodos de transitar; los del Crithmo-Frankenietum (como se puede ver en la fotografía que acompaña a este artículo) están restringidos a las paredes del bufón, allí donde si se pisa se cae dentro, y machacados en el resto por la voracidad en la visita y; los brezales del Ulici-Ericetum, allí donde no se han transformado en prados de siega o diente han sido utilizados como pista o como aparcamientos.

El Gobierno del Principado de Asturias incluye en su Red Regional de Espacios Naturales Protegidos ciertos lugares y tramos de los acantilados de la región bajo variadas figuras legales de protección ambiental. Ha considerado lugares singulares a los Monumentos Naturales de los Bufones de Arenillas y del Bufón de Santiuste. Debido a su singularidad, abundancia de elementos, valor, accesibilidad y al grado de deterioro al que se enfrentan, los Bufones de Garaña y Pría deberían ser declarados Paisaje Protegido.