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Ribadesella culpa al buen tiempo de la peor campaña de angula desde 2012

"Estábamos acostumbrados a unos años muy buenos", se lamentan los anguleros, con los ingresos reducidos a la mitad en dos ejercicios

Jose Ramón Pintado prepara las angulas para subastarlas. C. M.

No corren buenos tiempos para la pesca de la angula. Ribadesella cerró el pasado domingo una costera que los propios anguleros tachan de "muy mala", una percepción avalada por los datos: la recién terminada campaña ha sido la peor desde la de 2011-2012, tanto en kilos rulados como en ingresos para la cofradía de pescadores riosellana.

Y es que los anguleros únicamente consiguieron llevar a puerto 702,45 kilos desde que comenzara la costera el pasado 1 de noviembre, siendo especialmente malo el mes de febrero, con tan solo 98.50 kilos de angula llevados a puerto. De hecho, desde la ya mencionada campaña de 2012, cuando se rularon 559,19 kilos, no se había bajado del millar de kilos de la cría de la anguila en esta cofradía.

Y si malos son los datos en cuanto a capturas, los ingresos no son mucho mejores. De nuevo, han sido los más bajos de los últimos siete años, habiendo facturado 313.911,59 euros. Atrás parecen quedar los pasados años de bonanza, donde incluso se estableció el récord histórico de recaudación en la campaña de 2016-2017, con 611.921,45 euros. Un vuelco que se ha dado en apenas un año, pues en esta misma época en 2018 los anguleros de Ribadesella podían presumir de haber cerrado la tercera mejor costera de su historia, una situación radicalmente opuesta.

Entre los factores, el más importante para explicar este cambio de tornas es, sin duda, el tiempo. Y es que, aunque las temperaturas primaverales que se están disfrutando estos meses en la comarca pueden ser grandes noticias para muchos, no lo son tanto para los anguleros que cada noche salían a faenar. "En noviembre y diciembre, cuando tendría que haber hecho mal tiempo, vino muy bueno, y las angulas necesitan viento del norte que las empuje para salir", apunta el angulero y secretario de la Cofradía de Pescadores de Ribadesella, José Manuel Gutiérrez, quien cuenta que esta vez no se conseguían buenos resultados ni siquiera durante la oscurada, las noches en las que históricamente se consiguen capturar más kilos.

Además, sobre la bajada de precios también encuentran una explicación clara: mientras en las costas riosellanas se veía menos "oro del Cantábrico" que durante otras campañas, en Francia los anguleros tenían mucha más suerte.

Con todo esto, no es de extrañar que la decepción sea general entre los profesionales del sector, quienes venían de cosechar muy buenos resultados. "Estábamos acostumbrados a estos tres o cuatro últimos años que fueron muy buenos", cuenta Gutiérrez.

Ahora solo queda dejar atrás pronto los malos datos de esta campaña para pensar en la siguiente y esperar que los resultados vuelvan a acompañar.

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