La cueva de Tito Bustillo resurge tras el covid: estas son las cifras de visitantes de 2023

El yacimiento abrirá al público este año del 1 de marzo al 31 de octubre, con cupos limitados a 150 personas por jornada

J. Quince

La cueva de Tito Bustillo, en Ribadesella, cerró el pasado mes de octubre una excelente temporada turística, con algo más de 23.000 visitas registradas a lo largo del año, un 67% más que en 2022. La caverna paleolítica, declarada Patrimonio de la Humanidad, volverá a abrir sus puertas en este año en una nueva temporada que abarcará ocho meses: desde el 1 de marzo hasta el 31 de octubre. Serán 24 días más que el año pasado, ya que entonces abrió del 23 de marzo al 29 de octubre.

La cueva permanecerá abierta al público de miércoles a domingo, con horarios comprendidos entre las 10.15 horas para el primer pase y las 17.00 horas para el último, ofreciendo un total de diez recorridos diarios. El conjunto de arte rupestre riosellano cerrará todos los lunes y martes, así como el fin de semana del 3 y 4 de agosto, con motivo de la celebración del Descenso Internacional del río Sella y las fiestas de Les Piragües. Además, como viene siendo habitual desde hace años, los miércoles la entrada al recinto será gratuita.

Con el objetivo de preservar y conservar este tesoro arqueológico, las visitas estarán limitadas a un máximo de 150 personas por jornada, a razón de 15 visitantes por pase: «Se trata de proteger la buena salud de la cueva, hace tiempo que funciona de esta manera. A nosotros nos gustaría que se pudiera enseñar a todo el mundo y con más meses de apertura, pero se hace así por cuestión de preservación y mantenimiento», explica María José Bode, concejala de Cultura de Ribadesella.

Las entradas ya se encuentran disponibles tanto de forma online como en la taquilla del Centro de Arte Rupestre. La cueva de Tito Bustillo, cuyo nombre tradicional es Pozu’l Ramu, se erige como uno de los atractivos imprescindibles de la comarca del oriente de Asturias, experimentando cada año un aumento constante de visitas.

Los 23.047 visitantes registrados el año pasado contrastan de manera significativa con las de años anteriores, marcados por las restricciones de cupos y horarios debidas a la pandemia del coronavirus. En 2022, fueron 13.769 las personas que visitaron Tito Bustillo, mientras que en 2021 lo hicieron únicamente 4.988.

La temporada turística del año pasado llegó a retrasarse tres semanas debido a las obras de rehabilitación en el inmueble de acceso a la caverna paleolítica riosellana, una actuación que ha permitido el acondicionamiento y mejora del entorno: «Eran unos trabajos muy demandados y el resultado quedó precioso. Por fin la cueva de Tito Bustillo, que es Patrimonio de la Humanidad, tiene una entrada digna», apunta Bode.

Actualmente, la zona cuenta vallas de protección frente a posibles desprendimientos junto al antigua aula didáctica del complejo, a la entrada de la gruta. La dirección Cultural de Patrimonio del Principado tiene previsto demoler este edificio en cuanto disponga de la partida presupuestaria necesaria para llevar a cabo las obras oportunas.