Indignación en Cangas de Onís tras la denuncia por un ataque de lobos a un pastor de 17 años: "Pude subirme a un árbol de milagro"

La familia del joven, de Santianes de Ola, anuncia una demanda "para ver si la Consejería se empieza a tomar las cosas en serio"

Barbón expresa su "sensibilidad" por un "percance que pudo ser más grave" y retiera que el Principado ha exigido "de forma machacona la salida del lobo del listado de especies protegidas"

Kike Huerta, pastoreando a sus cabras en Cangas de Onís.

Kike Huerta, pastoreando a sus cabras en Cangas de Onís. / K. H.

Julia Quince

Indignación en el sector ganadero y entre los vecinos de Cangas de Onís tras salir a la luz el acoso de dos lobos a un joven pastor, tal como ha denunciado su familia. Hasta el alcalde del concejo, José Manuel González Castro (PP), alzó este jueves la voz por lo sucedido. "Pude subirme a un árbol de milagro", narra Kike Huerta, de 17 años.

Huerta, miembro de una familia ganadera de Santianes de Ola apasionado por el oficio del pastoreo, relata que "fui a guardar las cabras y cuando llegué me encontré dos lobos matando una de ellas". Fue en ese momento cuando decidió actuar, intentando espantar a los depredadores. "Les voceé para que se marcharan", afirma. Sin embargo, tal y como cuenta, la respuesta de los cánidos no fue la esperada.

"En vez de irse, empezaron a gruñir y venir hacia mí. Pude subirme a un árbol de milagro", afirma describiendo una tensa huida de los animales salvajes. Él tiene claro que las administraciones públicas debieran tomar cartas en el asunto del lobo: "Parece que es más importante un lobo que la vida de un humano. No queremos que se extingan, pero sí que haya un control porque están a medio kilómetro de las casas". A Kike Huerta le gustaría dedicarse a la ganadería. "En principio, es lo que quiero, pero ahora mismo no se puede", lamenta.

Vicente Huerta, padre del joven pastor, anuncia acciones legales por parte de la familia. "Vamos a poner una denuncia para ver si la Consejería se empieza a tomar las cosas en serio y toma medidas. No puede valer más la vida del lobo que la de una persona", subraya. Fue él quien acudió en ayuda de su hijo al escuchar sus gritos, pero asegura que las autoridades le hicieron caso omiso. "Cuando pasó el ataque y mi hijo estaba subido al árbol, llamé a la Guardia Civil y me dijeron que no podían hacer nada, que el lobo estaba protegido. La semana pasada ya nos mataron cuatro cabras y, en octubre, seis ovejas, porque campan a sus anchas. Ya no podemos más", sentencia.

Aunque la Guardia Civil prefirió no comentar este asunto, LA NUEVA ESPAÑA ha podido saber que el padre del joven llamó por teléfono al destacamento de Cangas de Onís dos horas después del suceso, que él mismo explicó que había sucedido a las siete de la tarde. Y que desde ese puesto se le indicó que contactara, como es preceptivo cuando se producen daños al ganado por la fauna salvaje, a la consejería de Medio Rural. El ganadero habría amenazado con "avisar a la televisión y los periódicos" si no se actuaba contra los lobos. 

Son muchas las voces en Cangas de Onís y en el Oriente que se han sumado a la denuncia de esta familia. Entre ellas, la del alcalde José Manuel González Castro, que ha publicado un mensaje con el encabezado "lobos, no".

Asimismo, el presidente del Principado, Adrián Barbón, se pronunció sobre los hechos y mostró este jueves por la mañana en Villaviciosa su preocupación por al ataque del lobo en Cangas de Onís, al tiempo que quiso exhibir su "sensibilidad y aprecio" con las personas afectadas por un "incidente, percance que pudo ser más grave". Lo cierto es que los ataques de lobos a seres humanos son absolutamente infrecuentes, toda vez que, según expertos en la especie, no hay documentado ninguno este siglo, por lo que este caso sería el primero en décadas.