El gran gesto solidario de Hectorín Blanco, propietario del bar "María Rosa", el día del accidente en los Lagos de Covadonga

El gran gesto solidario de Hectorín Blanco, propietario del bar "María Rosa", durante la jornada del accidente registrado en la carretera de Covadonga a los Lagos

El gran gesto solidario de Hectorín Blanco, propietario del bar "María Rosa", durante la jornada del accidente registrado en la carretera de Covadonga a los Lagos / J.M.Carbajal

J. M. Carbajal

J. M. Carbajal

Se llama Héctor, pero no le gusta, para nada, ser protagonista. Sin embargo, la solidaridad demostrada el día del accidente en la CO-4, a la altura del Mirador de la Reina, en la vertiente canguesa del parque nacional de los Picos de Europa, bien merece resaltar la labor despachada por ese hostelero que gestiona el bar "María Rosa", en La Tiese, en las cercanías del lago de La Ercina. Y es que Héctor mostró su vena solidaria al hacer llegar infinidad de botellas de agua y botes de refrescos a todos los que intervenían en las labores de emergencia tras el vuelco del bus-lanzadera, así como a los accidentados que estaban siendo atendidos en aquellas horas bajo un sol de justicia. Para ello contó con la colaboración desinteresada de los profesionales de Taxitur.

Poco tiempo después, ya entrada la tarde, de nuevo Héctor atendió una llamada de operarios del área de servicio de Buferrera, donde decenas de viajeros aguardaban pacientemente a la reanudación del operativo del plan de transporte para que los trasladaran a sus respectivos destinos turísticos en la comarca oriental, dado que la carretera CO-4 estaba cortada al tráfico por causas obvias, y decidió enviar otro remanente de bebidas a ese punto con ayuda y colaboración, del mismo modo, de los taxistas de la cooperativa canguesa que estaban en La Tiese y efectivos de la Guardia Civil para los usuarios y demás personal que allí permanecían.

Seguro que, al bueno de Héctor Blanco Fanjul, vecino de Intriago, primogénito de José Luis Blanco (Q.E.P.D.) y de Angelita Fanjul, no le gustarán estas líneas, pues, preferiría mantenerse en el anonimato. Pero, a tenor de lo visto y escuchado, actuaciones como las llevadas a cabo por ese hostelero cangués bien merecen hacerse públicas y mucho más en una acción que dice mucho de su personalidad. Dicho esto, tan solo aplaudir la generosidad y solidaridad de ese joven emprendedor, dotado de un gran corazón. "Había que ayudar en aquel momento", comentó Hectorín, como le conocen sus amigos, a LNE. La verdad, no se lo pensó dos veces. Todo un gran corazón en situaciones dificiles en el área de Picos de Europa.

¡¡Grande, Héctor Blanco!!