Unas 50.000 personas -la cuarta parte del municipio-, viven en el entorno de la Fábrica de Armas de La Vega; otras 15.000 podrían ser futuros vecinos si se edificaran en su entorno los 5.000 pisos que de modo un tanto optimista prevé el vigente Plan General de Ordenación (PGO); además, por su ubicación y sus posibilidades, La Vega podría convertirse en el segundo centro urbano de la ciudad y aportar a Oviedo 41.500 metros cuadrados de zonas verdes, la mitad de la extensión del Campo San Francisco.

Estos datos y previsiones fueron analizados ayer por las arquitectas Ana Piquero García y Ana Carreño Fernández de Travanco, que pertenecen al Grupo de Urbanismo de Oviedo, coordinado por Javier Calzadilla dentro del Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias. Las aportaciones de ambas arquitectas formaban parte de la segunda jornada colegial dedicada a "La Fábrica de Armas de Oviedo: la ciudad Oculta".

Ana Izquierdo describió la "Historia urbana y evolución del entorno de la Fábrica de Armas", sobre todo, "a partir de la segunda mitad del siglo XIX". En el presente, las instalaciones -que fueron clausuradas hace tres años-, "han pasado de tener una posición periférica a una de centralidad". Además, "existe en el PGO una alta previsión de nueva vivienda en esa zona, pero es un tema problemático porque no se ajusta a las previsiones de crecimiento de población de Oviedo a medio plazo".

Por ello, Ana Izquierdo sostiene que "hay que defender con claridad la necesidad de revisar el PGO y, al mismo tiempo, el Plan de Movilidad Urbana". Los motivos de dichas revisiones son "la ordenación de esos grandes vacíos de titularidad publica en el Cristo y La Vega", o "el problema de la 'Y', que segrega barrios y deteriora el patrimonio de Santullano".

En cuanto al entorno de La Vega, las previsiones de nueva vivienda -unos 5.000 pisos- afectan a áreas comprendidas entre la Tenderina Baja y la "Y".

Pero, ya sean más o menos los pisos construidos, precisarán de "dotaciones públicas de proximidad para el entorno", pero también, de usos para la ciudad en su conjunto, a saber, "un tejido productivo, unos servicios avanzados para empresas, una industria de nuevas tecnologías, un equipamiento tal vez vinculado a la Universidad y espacios de usos terciarios, como oficinas". Ese conjunto de actividades permitirían "que La Vega fuera un tejido vivo, con usos todos los días de la semana".

Por su parte, Ana Carreño, informó sobre "El entorno actual de la Fábrica, sus carencias y potencialidades". "En sus alrededores vive un 25 por ciento -unas 50.000 personas- de la población de todo el municipio, y la Fábrica podrá ser como un segundo centro urbano, en medio del área formada por el Antiguo, Pumarín, Teatinos, Ventanielles, Tenderina y Fozaneldi".

En esos barrios se dan "déficits de dotaciones de proximidad; por ejemplo, en el Antiguo y la Tenderina Alta la media de edad de la población es más elevada que en el resto de la ciudad y los vecinos necesitan centros de día o instalaciones para mayores". Hay también necesidad de "guarderías públicas de Educación Infantil". Por tanto, la Fábrica de Armas, podría cubrir ese tipo de necesidades más locales, pero "tratándose de un ámbito enorme, de 12 hectáreas, podrá contar principalmente con "equipamientos y usos para toda la ciudad, que activen la economía industrial y no sólo el sector servicios".

Y al analizar "la red viaria y peatonal y los espacio verdes de la Fábrica de Armas", Ana Carreño llama la atención sobre un dato fundamental: "Allí dentro hay 41.500 metros cuadrados de zonas verdes -la mitad de extensión del Campo San Francisco-, que serían el espacio abierto y público del segundo centro urbano de la ciudad".