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Aumentan los hurtos a mayores mediante un "abrazo cariñoso"

La Policía alerta en los centros sociales de la presencia de bandas itinerantes que buscan el contacto físico para robar

Tres personas mayores conversan en un parque. LNE

Los hurtos por el método del abrazo cariñoso, cuyas víctimas son sobre todo personas mayores, están aumentando en Oviedo. Así lo ha hecho saber la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana a los responsables de los centros sociales municipales, con el objetivo de que difundan una alerta entre los usuarios, la mayoría jubilados que residen en distintos barrios de la ciudad. La Policía atribuye los hurtos a mujeres procedentes del Este de Europa que buscan siempre el contacto físico con la víctima mediante un falso abrazo para sustraerle con habilidad las joyas o la cartera. "Se ha observado un aumento de los hurtos y robos con violencia sufrido por el colectivo de mayores mediante el método del abrazo cariñoso, amoroso o agradecimiento", aseguran fuentes policiales.

Según las mismas informaciones, los autores de estos delitos pueden actuar solos o en grupos de entre dos y cuatro personas, entre las que se encuentra alguna mujer con aspecto físico aseado y cuidado. "Abordan a las personas, especialmente a las que van solas, bien en la vía pública o en el acceso al domicilio, frecuentemente en horario de mañana", indica la Policía. "Los autores actúan a pie o a bordo del vehículo, aprovechando la buena voluntad de las personas, abusando de su confianza o valiéndose de la superioridad física en caso de enfrentamiento, no dudando en utilizar la violencia si la situación lo requiere". De este modo, los ladrones seleccionan a sus víctimas en función de la "facilidad" para cometer un delito y del valor de sus efectos personales. Si ostentan joyas y otros objetos de valor o acaban de salir del banco o del cajero automático son víctimas más apetecibles.

Los ladrones se acercan a las víctimas con diferentes excusas: preguntar por un lugar o un establecimiento público, intentar colocarle el cuello de la camisa o pedir dinero. Además, con cierta frecuencia consiguen abrazar a la víctima aludiendo al parecido físico de un familiar. Mientras, si las víctimas son hombres, suelen ser abordados por mujeres que les preguntan por alguna dirección y una vez obtenida la información comienzan con los abrazos cariñosos.

La Policía cree que los autores de este tipo de hurtos son grupos itinerantes que no residen en la ciudad y que se desplazan por toda la geografía en vehículos de alta gama. Se cree que la mayoría vive en el centro de la Península, una posición que les permite acotar una mayor distancia en su radio de acción, ocupando viviendas y formando asentamientos sin atención a las mínimas normas sociales que suelen provocar malestar en las comunidades.

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