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Los agentes aseguran que el ucraniano que los acusa de maltrato se autolesionó

"Le temen todos en el barrio", dicen en San Lázaro del detenido tras un incidente de tráfico, un hombre que acumula 14 antecedentes policiales

Las lesiones de Volodymyr A. L. Á. VEGA

"Me masacraron en el calabozo", denunció ante el Juzgado el joven ruso-ucraniano Volodymyr A., detenido por atentado a la autoridad la pasada festividad de Reyes tras un incidente en la glorieta de San Lázaro. Pero la Policía niega la mayor. Según consta en el atestado, Volodymyr A. se autolesionó, golpeándose la cabeza de forma repetida contra la mampara del coche patrulla, una de cuyas ventanillas rompió además a patadas. El joven mostró, dice la Policía, una actitud de extremada violencia, por lo que tuvo que ser reducido. Pero las lesiones que pudiera presentar no se las causaron los agentes, sino él mismo, sostiene la Policía. A la Jefatura Superior le constan además hasta 14 antecedentes de este joven, buena parte de ellos por robo, aunque fuera de Asturias, y una vecina de San Lázaro se dirigió ayer a LA NUEVA ESPAÑA para asegurar que en el barrio "todo el mundo le teme".

La Policía sostiene que, efectivamente, el joven agredió a un hombre y a su hijo que viajaban en el coche contra el que casi colisiona el que conducía la mujer del detenido. Volodymyr A. sostiene que no agredió a nadie, sino que solo "distanció" a los ocupantes del otro vehículo, ante el temor de que le hicieran algo a su mujer. Sin embargo, siempre según la Policía, se trató de una agresión en toda regla. Un guardia civil fuera de servicio que pasaba por la zona vio los hechos y no dudó en reducir al joven de nacionalidad ucraniana, agarrándole de los brazos por detrás.

Así lo mantuvo hasta que llegaron los agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Según el atestado, el joven golpeó entonces a los agentes, y cuando le metieron en el coche policial rompió la ventanilla y comenzó a golpearse la cabeza contra la mampara del vehículo.

Primero se le llevó al ambulatorio de La Lila. Cuando le trasladaron a Comisaría, volvió a tratar de agredir a los policías y causó nuevos daños. Siempre según la Jefatura, era tal su agresividad que resultó imposible tomarle las huellas dactilares. Se avisó a una ambulancia, pero no quiso ser asistido. Y de nuevo en la celda volvió a montar jaleo durante toda la noche. Ahora será juzgado por un delito de atentado.

En la denuncia presentada ante el Juzgado, a la que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA. Volodymyr A. dice literalmente: "Cuando (...) bajé (...) hasta los calabozos, nada más entrar, me bajaron el pantalón y con las esposas (manos a la espalda) me estuvieron masacrando, durante unos minutos largos, mientras otros miraban sin detenerlos. Luego estuve sin conocimiento esposado un tiempo, no sé cuánto exactamente, me sacaron para la mesa donde tuve que dejar mis pertenencias y seguían riéndose, no me dejaron llamar nunca, no me dejaron beber hasta la mañana siguiente. Y dijeron a la prensa que me autolesioné... ¡Es indignante!".

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