"Oviedo es una ciudad en la que no hay sitio para nada: ni para celebrar los exámenes prácticos de conducir ni para instalar el real de la feria, por ejemplo. Pero, sin embargo sí hay sitio para que un grupo de gitanos motorizados -parece que llegados desde Hungría- emplacen su gran campamento en los ´intocables´ terrenos del polígono de Buenavista.”