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San Julián de los Prados repara la madera de su sacristía, suelos y bancos

La parroquia asume el coste del tratamiento antipolilla y de la renovación del barniz, que supuso cerca de seis mil euros

Rodríguez de la Vega, en el interior de la iglesia de Santullano tras la reparación de la madera. MIKI LÓPEZ

La parroquia de San Julián de los Prados ha reparado la madera del interior de su iglesia prerrománica, uno de los monumentos más singulares de Europa, con la aplicación de un tratamiento contra las polillas y la aplicación de un barniz o cera para embellecerla. Los trabajos, que han durado en torno a quince días, terminaron ayer.

Han sido unas obras de mantenimiento, según explicó el párroco, Jesús Rodríguez de la Vega, que se han llevado a cabo sobre las vigas de la sacristía, que habían sido repuestas hace unos años, y sobre los tramos de madera del suelo y los bancos. "La madera estaba muy deteriorada, los bancos y el suelo habían perdido el barniz y la polilla había entrado en la sacristía", según indicó.

Para realizar los trabajos, la misa en San Julián, que se celebra habitualmente de lunes a viernes a las siete y media de la tarde, fue trasladada durante estas pasadas semanas a la capilla del colegio de la Inmaculada. Las visitas al templo medieval, sin embargo, se mantuvieron.

La intervención se remató con la aplicación de un producto, a modo de cera o barniz, según el sacerdote, que "embellece y protege la madera".

Rodríguez de la Vega, párroco de Santullano desde septiembre del año pasado, comenta que la afluencia de visitantes al monumento este verano, por encima de la del año pasado según los guías del templo. "La exposición ha sido como una invitación", señala, refiriéndose a "Santullano, viaje al siglo IX", la muestra recientemente organizada por LA NUEVA ESPAÑA en torno al edificio prerrománico.

San Julián de los Prados tiene pendiente la restauración de sus pinturas, seriamente deterioradas. La semana pasada acabó la restauración del Entronizado, una de las pinturas más singulares del arte asturiano, en la iglesia de San Miguel de Lillo.

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