Carmen Rodríguez-Arango Díaz deja tras de sí una gran familia. "Ha construido una casa, un pueblo", llegó a decir el sacerdote José Luis Pascual, durante la celebración de su funeral, ayer, en la iglesia parroquial del Corazón de María, al ver a sus hijos, nietos, bisnietos y otros muchos parientes reunidos en su despedida. Carmen Rodríguez-Arango, viuda de Luis Orejas Canseco, uno de los empresarios más importantes de la historia de Asturias, fallecida en Oviedo el pasado viernes a los 92 años de edad, fue despedida en una ceremonia multitudinaria, con la iglesia a rebosar de gente y acompañada por la música del grupo neocatecumenal de la parroquia, al que ella y su marido se vincularon desde sus inicios, cuarenta años atrás.

Sin dejar de lado la tristeza por la pérdida de la matriarca de los Orejas, el funeral acabó convertido en una celebración de la fe. La propia Carmen Rodríguez-Arango la había dejado planificada antes de morir y, cumpliendo sus deseos, empezó con una canción a la guitarra, tomada de la Carta a los Filipenses, que habla de la muerte como la puerta de entrada a Dios.

Pascual, que mantenía una estrecha relación con Carmen Rodríguez-Arango y que la conoció muy bien, habló de su "combate y su lucha contra la enfermedad" en estos últimos años y de su profunda religiosidad. Reveló que falleció rezando, encomendándose a la Virgen María y que prácticamente murió pronunciando el Gloria a Dios.

Con el sacerdote, cooficiaron la ceremonia fúnebre otros siete curas, todos relacionados de un modo u otro con la familia. El féretro con los restos mortales de Carmen Rodríguez-Arango fue colocado a los pies del altar, con una palma encima como símbolo de la fe. En las primeras filas se sentaron sus hijos, con sus familias, y su nieto José Luis Pérez-Campoamor Orejas salió a leer.

Por la mañana, por el tanatorio de Los Arenales, donde estaba instalada la capilla ardiente, desfilaran amigos, políticos y empresarios. Allí coincidieron Teresa Mallada y Alfredo Canteli, candidatos del PP a la Presidencia del Principado y la Alcaldía de Oviedo, respectivamente, y el presidente de la Federación Asturiana de Empresarios, Belarmino Feito. Los restos mortales de Carmen Rodríguez-Arango descansan en el cementerio del Salvador.