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Un recorrido por los mensajes publicitarios de la antigua estación del Vasco (y 4)

Información escrita en mosaicos

Los azulejos están presentes en lugares de la ciudad como la entrada al parking del Vasco y en edificios como el antiguo Sanatorio Miñor

Edificio del antiguo Sanatorio Miñor.

La última entrega de esta serie está dedicada a un emblemático edificio ovetense y a las compañías de seguros junto con una reflexión sobre la importancia de estas cerámicas no solamente porque aportan una valiosa información de la historia del comercio en la ciudad, sino porque son un ejemplo del lenguaje publicitario en un contexto histórico determinado. Nunca mejor dicho que una buena imagen, vale más que mil palabras.

Un edificio polivalente. El antiguo Sanatorio Quirúrgico de Asturias se ubicó en la residencia de José Vázquez, un chalet de estilo modernista construido en las afueras de la ciudad. Oviedo era a principios del siglo XX poco más que el casco histórico y los aledaños de la calle Uría. Allá por el año 1964 muy cerca de este edificio y a la altura del actual apeadero de Llamaquique aún pastaba una vaca pinta que al igual que la Cordera, cuyo comportamiento describió Clarín cuando vio el tren por primera vez, quedaría atónita al contemplar el recién inaugurado Instituto Femenino con su fachada de ladrillo visto y este edificio un poco más lejos. El arquitecto encargado de levantar esta vivienda fue Julio Galán Carvajal y la decoración con cerámicas obra de Daniel Zuloaga. Los motivos elegidos fueron vegetales y un friso con cisnes que erróneamente se identificaron con cigüeñas, porque cuando adquirió la función sanitaria acogió a muchas parturientas, algunas de cierto renombre como veremos.

Cambio de uso. Diez años después de su inauguración como vivienda el inmueble fue adquirido por los doctores Carlos Fanjul, Pedro Miñor Rivas, Julián Clavería y Francisco Martínez que lo habilitaron como hospital en el que trabajaron las especialidades de Cirugía general, Matriz y su cirugía, Vías urinarias y Rayos X respectivamente. Posteriormente el nombre fue sustituido por el que hemos conocido la inmensa mayoría: Sanatorio Miñor. La publicidad de la época incluía la dotación de radiografías, radioscopia, radioterapia, diatermia, sol artificial con la llamada lámpara de cuarzo.

Asimismo, disponía de amplios jardines de recreo, capilla en la que se celebraba misa diaria, nada qué ver con el espacio habilitado en el actual HUCA para tal fin, dejando en completo abandono la coqueta capilla de la Cadellada cuyo testero luce el mural La Última Cena de Paulino Vicente. Por si fuera poco, este centro hospitalario podía presumir de vaquería de la casa. Una de las razones que contribuyó al cierre tuvo su origen en la imposibilidad de hacer frente a las exigencias de la Seguridad Social en materia técnica y de renovaciones. A partir de este momento y hasta el año 1998 en el que se ha ubicado la Fundación Gustavo Bueno el inmueble pasó por diferentes situaciones y usos. Los quince años que separan el fin de la actividad médica de la filosófica se ubicaron diferentes instituciones como el Centro de Profesores y Recursos, la Escuela de Gaita, la Fundación Municipal de Cultura. Esta clínica en su momento atendió las necesidades de las clases medias y altas de la ciudad. Carmen Polo, allí dio a luz a su hija en el año 1926. Paloma Rocasolano en el año 1972, una anónima enfermera casada con un asturiano alumbró a una niña a la que pusieron por nombre Letizia, hoy reina consorte. España desde tiempos remotos es el país de las oportunidades, forma parte de nuestra idiosincrasia. Javier Neira, periodista de LA NUEVA ESPAÑA también nació aquí y el filósofo Gustavo Bueno se recuperó en el año 1980 de la rotura de tibia y peroné. Mucho antes el médico Alfredo Martínez García-Argüelles, sobrino de Leopoldo Alas Clarín, que había sido ministro de Justicia, Trabajo y Sanidad pasó por sus dependencias como consecuencia del atentado del que fue objeto en el mes de marzo del año 1935 a cargos de unos pistoleros comunistas según el diario católico El Siglo Futuro. El diario ABC el 25 de marzo de 1935 publicó un titular con motivo del fallecimiento del galeno asturiano: "Después de recibir con gran fervor los santos sacramentos, falleció esta madrugada en Oviedo el exministro Alfredo Martínez, víctima de un criminal atentado del que fue objeto".

Fue ejemplar la entereza de este hombre al afrontar una muerte que no pudieron evitar sus colegas y cabe destacar las instrucciones que dio a su amigo Celso Gómez: "Dijo que no quería que de su muerte se hiciera bandera política; que también quería evitar que su entierro constituyese un espectáculo, para lo cual no podía celebrarse a hora en que las calles estuvieran concurridas. Pidió que el traslado de su cadáver al cementerio se hiciese a las seis de la mañana y que lo acompañasen sus hijos, sus familiares y algunos amigos. Pidió que no se persiguiese ni se buscara a los autores de la muerte porque él los perdonaba. Dijo que lo único que pedía a Dios es que él fuese la última víctima".

Carmen Ruiz-Tilve, cronista oficial de Oviedo, en un artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA el 17 de enero de 2011, en relación con la solución que se buscó para este edificio fue bastante crítica y así lo expresó: "A base de vueltas, desaparecida la clínica, aquello fue víctima de una solución híbrida de escaso acierto, que también se aplicó en el palacete de la Lila y en el de Gastañaga, consistente en dejar el edificio y acosarlo con otros alrededor. Las consecuencias están a la vista". Independiente del mayor o menor acierto hemos de admitir que al menos se ha mantenido en pie como vestigio de una época que nos queda lejana en el tiempo pero viva en la memoria.

Nuevas actividades comerciales. Otra actividad comercial importante fue la entrada en la sociedad del consumo de las compañías de seguros que se ven reflejadas en dos anuncios. Seguros Estrella operaba en el año 1917 en Asturias según se ha constatado en facturas. Su origen hay que retrotraerlo al año 1901 en Cartagena con el objetivo de vender pólizas marítimas y de incendios, pero fue ampliando su oferta hacia los seguros de vida y de trabajo en los años treinta. Hacia 1992 comenzó a integrarse en el Grupo Generali y desde hace diez años desapareció porque fue asumida completamente por otra compañía con domicilio social en la madrileña calle Sevilla ha sido otra aseguradora presente en Asturias con tres delegaciones en las ciudades de Avilés, Gijón y Oviedo.

Una parte de la historia comercial de Oviedo. Los azulejos de la legendaria estación de la calle Jovellanos han escrito una parte de la historia comercial contemporánea de Oviedo que todos debiéramos conocer porque así repararemos en nuestra procedencia, entenderemos nuestra existencia y proyectaremos fruto de ese conocimiento un futuro mejor. Oviedo y Asturias se lo merecen, sin duda alguna. Espero a medio plazo comenzar a percibir este deseo que expreso. La Historia es un río caudaloso con rápidos, remansos, pozos, riberas y fértiles vegas, pero si queremos aprovechar el potencial que nos brinda hay que canalizarlo y reconducirlo para disponer de todo lo que aporta, pero no desde una visión sectaria, al contrario, bajo el parámetro del interés general que tan pronto olvidamos. Desconocer la Historia implica cometer errores tras errores y en ello nos va la vida. El objetivo de ese repertorio es recordar uno de los hechos más tristes de la bien novelada, de la bien filmada, gracias al brazo ejecutor de doña Piqueta, que no dudó borrar con su mente talibán este legado único en Asturias, pero a la par quiso limpiar su conciencia y nos dejó como recuerdo una imitación de aquellas cerámicas en la que se identifican los andenes, una locomotora diésel, una máquina de vapor, las columnas de hierro, los capiteles neozaríes, el coup de fouet, los pasos elevados y el anuncio de la sombrerería Albiñana.

Ejercicio de memoria histórica. Muchos de nuestros jóvenes vecinos y también aquellos que visitan la ciudad se preguntan cuál es el significado de esa manifestación plástica. Quizás sería oportuno colocar una placa cerámica con las fechas de inauguración (13 de agosto de 1906) y derribo (3 de noviembre de 1989), pero con una laudatoria de este tipo: "Derribose la estación de estaciones siendo alcalde de Oviedo Don Antonio Masip Hidalgo que hizo oídos sordos ante el clamor popular". Es esta propuesta un ejercicio de verdadera memoria histórica, pues no en vano los hechos adquieren la condición de históricos pasadas tres décadas. Esta joya oxidada a la que Juan Vega le dedicó una reflexión con este título en el número 1 de la revista Vetusta en el año 1984, sufrió el mayor crimen contra el patrimonio que se ha cometido a finales del siglo XX en nuestra ciudad. Cerámicas decorando e incitando al consumo, cantina modernista, anuncios en las escaleras de acceso a la calle Jovellanos, placa giratoria para las locomotoras de vapor y edificios destinados a almacenes tenían que haber sido preservados. Oviedo perdió la oportunidad de tener un enclave único e irrepetible para acoger el Museo del Ferrocarril de Asturias que contribuiría a incrementar el legado cultural de la capital del Principado de Asturias.

Reinvindicar el error. Ante una actuación como la que se ha hecho no cabe ningún tipo de perdón, solamente el reproche de por vida, el que hago desde esta tribuna y desde las tarimas del Instituto Aramo para que mis alumnos de Historia del Mundo Contemporáneo, año tras año, conozcan la barbaridad que se ha cometido en Oviedo, porque como docente he contraído la obligación de abordar los objetivos del currículo en Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato respectivamente en el Principado de Asturias.

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