"Era una de las personas más amables, pacientes y alentadoras con las que se podía trabajar". Así recuerdan sus compañeros de trabajo a Enrique Pedro Fernández, el ingeniero ovetense de 58 años que perdió la vida el pasado día 24 tras ser arrollado por el remolque de un vehículo durante la disputa de una prueba ciclista aficionada en Madrid. Esta descripción se suma a los lamentos de amigos y allegados, todavía conmocionados por la mala fortuna de un hombre enterrado días atrás en Oviedo y que, como señaló ayer en el funeral el párroco de la iglesia de San Francisco de Asís, Juan José Tuñón, "estaba en su plenitud familiar, social y laboral".

La ceremonia religiosa congregó a unas 200 personas en la antigua plaza de la Gesta -ahora denominada oficialmente plaza del Fresno-. Enrique Pedro Fernández llevaba tres décadas viviendo en Madrid y casi dos como jefe de túneles de la multinacional Dragados. Pese a ello, su recuerdo en la capital asturiana sigue muy presente. "Fui compañero de estudios y le apreciaba mucho", confesaba emocionado un asistente tras dar el pésame a la familia, encabezada por su hermano Ángel, quien recibió muchas condolencias de sus compañeros como delegado comercial de Coca-Cola en Asturias.

La mala fortuna quiso que Fernández, que se había quedado descolgado de la cabeza de una prueba deportiva en la que tomaron parte reconocidos exciclistas como Miguel Indurain o Pedro Delgado, recibiese un golpe fatal del remolque de un vehículo cuando pedaleaba a la altura de la localidad madrileña de Pozuelo del Rey. "¡Qué mala suerte tuvo!", clamaba un amigo de la familia, asegurando que el fallecido "tenía mucha experiencia y era prudente con la bicicleta".

La noticia fue un jarro de agua fría para la familia, pues el ingeniero deja viuda y tres hijos menores de edad, de 4, 10 y 16 años, que ayer prefirieron no asistir al funeral. "A la familia os rompe y a los demás nos desborda", confesó el párroco durante una homilía en la que destacó el importante papel de cabeza de familia desempeñado por el difunto.

En el plano profesional, son muchos los compañeros y colegas del sector de la construcción que reconocen la valía del que fuera Jefe de Servicio de Obra Subterránea de Dragados. Licenciado en Ingeniería de Minas con honores en 1985 por la Escuela de Oviedo, trabajó en la auditoría de minas de la empresa Arthur Andersen hasta 1988. Fue en ese momento cuando se incorporó a Dragados para trabajar durante doce en años en proyectos de túneles ejecutados en España, Francia, Portugal y Tailandia.

Desde el año 2000 formaba parte de la dirección técnica de Dragados, siempre a la cabeza del equipo de túneles de la empresa, que hace un año pasó a denominarse Gravity.